La Música y el Trastorno del espectro autista (TEA)
Josinell Martínez
ComunicArte
Para la mayoría de nosotros la música constituye un entretenimiento que armoniza nuestras actividades cotidianas y nuestras relaciones personales.
Se ha comprobado que la música modifica la organización cerebral de quienes la escuchan o la practican con intensidad, y que esta modificación trae consigo afectos positivos para la adquisición de aptitudes cognitivas de carácter fundamental, por ello he investigado sobre el efecto de la música en el trastornos TEA.
Los niños y adolescentes con trastorno del espectro autista (TEA) presentan limitaciones significativa en el desarrollo del lenguaje verbal y formas convencionales de comunicación no verbal como el contacto visual, el gesto y el lenguaje corporal y un desarrollo corporal, con un desarrollo limitado en las habilidades de comunicación (Kasssari et al.1990; Sigman & Karari 1995); Roberson et al 1999)
El autismo es un trastornos generalizado del desarrollo, caracterizado por deficiencia en tres áreas principales: comunicación, interacción social y restricción, comportamientos e intereses repetitivos ( Accordino, Comer y Heller, 2007; Gold, Wigram y Elefant, 2006; Mandy y Skuse, 2008)
La musicoterapia ha sido recomendada como tratamiento efectivo para facilitar la comunicación ya que la música es una compleja gama de cualidades expresivas, forma dinámica y dialogo, y ofrece un medio por el cual se puede establecer forma de comunicación alternativa para ayudar a lograr compromisos, interacción y relaciones entre sus iguales.
La música es considerada efectiva como medio terapéutico por la música contienen muchos niveles deferentes de estructura, pero proporciona la variabilidad y flexibilidad necesaria para contrarrestar las características rígidas de la patología.
Esta interacción no verbal y musical puede emular una reciprocidad en ritmo, melodía y estilo dinámico. (Stern 1985; Pavlicevic 1990; Trevarthen 2001, 2002) estudios de investigación e informes clínicos han demostrados que la música creada espontánea y creativamente a través de un proceso terapéutico atrae la atención y provoca compromiso de los niños con TEA, y promueve el desarrollo de la tonalidad, ritmo, el desarrollo de la comunicación y el juego (Edgerton 1994; Wilgram 1999, 2000; Oldfield 2001).
La musicoterapia una amplia gama de técnicas definidas y aplicables que, cuando se aplican sistemáticamente, proporcionan un marco apropiado para el trabajo terapéutico de desarrollo de habilidades social (Wigram 2004).
El término de sintonización musical, implica un uso sensible, momento a momento, de la música. Esto implica emparejar el pulso del niño, los patrones rítmicos de movimientos o juego musical, y las formas dinámicas de expresión y el contorno melódico hasta el punto en que hay una base musical común entre el niño. (Kim 2006; Trolldalen 2005; Wigram y Elefant 2008)
La adquisición de habilidades de atención conjunta juega un papel importante en el desarrollo temprano, y que sin habilidades de atención conjunta, las funciones superiores como la comunicación, la interacción social y el lenguaje no puede desarrollarse bien.
Por ello es importante que los niños con TEA sean expuestos a los beneficios que trae la música de manera inconsciente y divertida, que conduce a nuevos pensamientos, expresiones, habilidades sociales, tonalidad, lenguaje, entre otras cosas.