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La poeta estadounidense Louise Glück gana el premio Nobel de Literatura
La poeta estadounidense Louise Glück ha ganado hoy el premio Nobel de Literatura 2020. El jurado de la Academia sueca la ha premiado por » su inconfundible voz poética que, con austera belleza hace universal la existencia individual». Nacida en Nueva York en 1943, en España tiene toda su obra publicada en la editorial Pre-Textos. El galardón está dotado con un millón de euros.
El jurado la ha premiado por «su inconfundible voz poética que, con austera belleza hace universal la existencia individual»
Glück, que ha dado clases en varias universidades y ahora es profesora adjunta de Inglés en la Universidad de Yale, tiene once libros de poesía publicados y está muy bien considerada en EEUU, donde ha obtenido los premios más importantes. Tiene el galardón de poesía que otorga la revista ‘The New Yorker’, el Pulitzer de Poesía, el Nacional de la Crítica de Poesía y otros tantos premios entregados por universidades y por instituciones como la Guggenheim y la Rockefeller. Publicó a su vez un ensayo sobre poesía, ‘Proofs and Theories’, que obtuvo el Premio PEN/Martha Albrand.
En 2015, Barack Obama entregó a Louise Glück la Medalla Nacional de Humanidades (EFE)
Su último libro publicado en español, con traducción de Adalber Salas Hernández, es ‘Una vida de pueblo’, en el que habla del día a día rural en Estados Unidos, con sus animales y habitantes. Según dice su editorial, Pre-Textos, «con ojo sutil e irónico, con dicción afilada, nos muestra el lado oculto de este devenir aparentemente sencillo, exhibiendo sin tremendismo las pasiones que transcurren hondas en su interior».
En ‘El vestido’, la poeta escribió: «Se me secó el alma. Como un alma arrojada al fuego, pero no del todo, no hasta la aniquilación. Sedienta, siguió adelante. Crispada, no por la soledad sino por la desconfianza, el resultado de la violencia. El espíritu, invitado a abandonar el cuerpo, a quedar expuesto un momento, temblando, como antes de tu entrega a lo divino; el espíritu fue seducido, debido a su soledad, por la promesa de la gracia. ¿Cómo vas a volver a confiar en el amor de otro ser? Mi alma se marchitó y se encogió. El cuerpo se convirtió en un vestido demasiado grande para ella. Y cuando recuperé la esperanza, era una esperanza completamente distinta».
Handke y Tokarczuk, los últimos
Después de que en 2018, por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, el Nobel de Literatura fuera devorado por el mayor escándalo de toda su historia y cancelado por ello, la Academia sueca buscó en 2019 su expiación. Un oscuro electricista Jean-Claude Arnault, esposo de la miembro de la Academia sueca Katerina Frostenson, fue acusado de abusos sexuales a varias mujeres y condenado a dos años de cárcel. A la vez se supo que había sido él quién filtraba anualmente a las siempre hambrientas casas de apuestas los ganadores del premio. El cóctel mortal de tráfico de influencias y acoso sexual en los albores del #MeToo desencandenó una tormenta perfecta que dejó malherido al gran galardón de las letras internacionales.
El desastre obligó a una Academia muy tradicional que, desde su fundación en 1776 por el rey Gustavo III de Suecia -hace 233 años- no había vivido el más mínimo cambio, a iniciar un proceso incierto de reformas que ha eliminado la condición vitalicia de los cargos y alterado la composición del Comité Nobel de Literatura en el que, a los cinco miembros de la academia, se suman ahora otros cinco de fuera de la institución.
Olga Tokarczuk y Peter Handke ganaron finalmente en 2019 el Premio Nobel de Literatura. Según el fallo del jurado, Tokarczuk fue premiada por su «imaginación narrativa» y una «pasión enciclopédica» en su escritura, mientras que Handke habría desarrollado un trabajo «influyente» con «ingenio lingüístico» y explorado la periferia de la experiencia humana.
Con el de hoy el Nobel de Literatura suma 113 galardones de los que solo once de ellos han premiado a escritores en lengua española. Cinco de ellos fueron españoles (José Echegaray, Jacinto Benavente, Juan Ramón Jiménez, Vicente Aleixandre y Camilo José Cela), dos chilenos (Gabriela Mistral y Pablo Neruda), un colombiano (Gabriel García Márquez), un mexicano (Octavio Paz), un guatemalteco (Miguel Ángel Asturias). El último fue el peruano Mario Vargas Llosa en 2010. De este más de centenar de premios las mujeres apenas suman una quincena. La edad media de los ganadores ronda los 65 años, siendo Ruyard Kipling el más joven en recibirlo (41 años) y Doris Lessing la más longeva (88 años).
El Nobel más peculiar
Asediado por los remordimientos, el dinamitero Alfred Nobel introdujo una peculiaridad envenenada en su célebre testamento de 1895. Los Nobel de Física, Química, Medicina y Paz (el de Economía no lo es exactamente) señalarían a quienes ofrecieran “el mayor servicio a la humanidad». Pero solo el de Literatura especificaba que también debía premiarse a quien escribiera lo mejor “en sentido ideal”. Las interpretaciones sobre lo que significaba ese “ideal” en Literatura para el señor Nobel han condicionado las deliberaciones.
Entre 1901 y 1919, la Academia entendió la citada exigencia de un premio de Literatura “ideal” en el sentido conservador y clasicista del XIX. Así, una institución reaccionaria y miope entregó los primeros Nobel de Literatura a Prodhomme, Sienkiewicz, Kipling o Echegaray. Ni Ibsen, ni Zola, ni Tolstoi. Más tarde esquivaría también a Proust, Kafka, Joyce, Nabokov y Borges. Tela. Cuando el apolillado dramaturgo Echegaray se alzó con el premio en 1904, el 98 y la vanguardia se levantaron en armas contra él. Hoy nadie le recuerda.
Fuente: El Confidencial