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La ‘’Segunda Curva’’ de Charles Handy
Desde mi Perspectiva
Alliett Ortega
Esta semana en desde mi perspectiva quiero compartir con ustedes un tema, que no le había prestado tanta atención como ahora, y es que alguien lo cito en el momento justo, y es con lo que siempre tenemos que luchar en nuestros proyectos de reinvención, la permanente resistencia a cambiar nuestro “status-quo” ; desde mi perspectiva quiero plantearles la importancia para las personas y las organizaciones de la reinvención, y es por esto que quiero hablarles sobre Charles Handy, que nos invita en su libro “segunda curva” que, hagamos lo que hagamos, es imposible escapar del cambio, la única incertidumbre es el tiempo que tenemos hasta que nos alcance. Lo paradójico de la situación, es que nuestra psicología nos anima a no cambiar nada cuando las cosas van bien, que es precisamente cuando deberíamos comenzar a cambiar las cosas. Es que personas, organizaciones, culturas siempre tenemos dudas y resistencia en el momento de cambiar, y es que detrás de esta rebelión frente a los cambios tiene que existir una base psicológica, una combinación de recuerdos positivos sobre los “viejos tiempos” y los “éxitos pasados”, junto con la inseguridad que despierta la incertidumbre y el cambio.
Si alguien no ha leído nada antes de Charles Handy; y lee su libro “The Second Curve: Thoughts on reinventing Society”, apuesto a que opinarían por sus ideas transgresoras que se trata de un escritor joven, como mucho en la treintena, sin embargo, hay algo extraño en su lectura, la base es muy sólida y las ideas, aunque aplicadas a contextos diferentes resultan tremendamente coherentes; pues se trata nada menos que un académico de 82 años, economista, considerado un escritor independiente, el cual ha establecido la segunda curva, la sigmoide.
La sigmoide es un concepto matemático familiar en el mundo de la gestión empresarial, lo utilizamos para hablar de la curva de aprendizaje en un proyecto o en un proceso de transformación organizativa, del ciclo de vida de un producto o de una industria, básicamente, lo que anuncia la sigmoide es que tarde o temprano la competitividad de nuestro negocio (soportada en una determinada oferta y en una forma de organizarnos) caerá, llegará a una fase de declive. En este libro extiende su idea de la segunda curva de los individuos a la sociedad, al capitalismo y al gobierno, todo lo cual cree que necesita repensarse antes de que sea demasiado tarde. Y es que todo lo que sirvió en al pasado – en negocios, en educación, en política y en la sociedad en general – casi con seguridad no va a funcionar en un futuro incierto.
En sus páginas Handy dice que las empresas deberían ser hechas de nuevo como “organizaciones ciudadanas”; les parece un tema familiar cuando actualmente hablamos de integrar al ciudadano en todas las acciones desde el Gobierno. La única duda es el tiempo que será preciso para ello; lo cual no solo pasa en los negocios y organizaciones, pasa en las personas, como profesionales llegamos a una fase de declive, y es por esto que tenemos que reinventarnos, y es que el declive de nuestra oferta, es la prosperidad para otros; la cuestión no es la complejidad del cambio, es su diferencia. El problema frecuente es que muchas veces actualizarnos implica aprender nuevas tecnologías, capacidades o conocimientos diferentes a los que existen hoy en nuestra organización (no necesariamente más complejos, sino diferentes). Estas dificultades para moldearse conforme requieren los cambios en el mercado, para modificarnos como profesionales, nuestra organización, sus procesos, su cultura y su oferta, es también la razón de fondo por la que muchas veces los cambios realmente relevantes en un sector provienen de fuera del sector, bien sea de la mano de emprendedores o por parte de nuevos entrantes procedentes de otros sectores.
La curva sigmoidea, o curva en forma de ese (S) muestra la trayectoria de todo sistema humano exitoso. Siempre hay un primer periodo de experimentación y aprendizaje que viene seguido por un tiempo de crecimiento y desarrollo. Según Handy, el mejor momento para comenzar una nueva “curva” es antes de llegar al pico de la actual. De esa forma, uno estará comenzando algo nuevo cuando todavía tiene los recursos y el ánimo para llevarla a nuevas alturas. Por el contrario, dice, la mayoría de la gente piensa en hacer algo nuevo sólo cuando ha llegado al piso de lo que están haciendo en el presente, y es que, para progresar en muchas áreas de la vida, a veces es necesario cambiar radicalmente, empezar un rumbo nuevo que será diferente del existente hasta ese momento; necesitando casi siempre una forma completamente nueva de entender los problemas que afrontamos. Hasta una próxima entrega.