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Las Rabietas (1 de 2)
Por Betania Cruz
Familias Sólidas
Las rabietas infantiles suelen ser comunes entre los dos y cinco años.
Los niños, en su proceso de desarrollo llegan a la edad de 2 años teniendo una mayor capacidad para irse independizando. Esta capacidad les hace rebelarse ante muchas de las directrices de los adultos. Es decir, como van alcanzando mayor madurez y ya no son tan inocentes e indefensos como cuando eran bebés, empiezan a hacer notar que «pueden» dentro de su pequeño mundo.
Esta madurez les hace sentir que son más competentes y autónomos y que son capaces de enfrentarse por sí solos a ciertas situaciones.
Comienzan a querer demostrar esto a los padres, con actitudes como:
-Dicen «no» con frecuencia, como señal de que pueden por sí mismos (vestirse, elegir su ropa, etc)
-Dicen: «Yo solito, yo solito», queriendo decir: «dame la oportunidad de demostrarte que yo puedo»
-Gritan o chillan cuando no son complacidos. Es la expresión de disgusto más conocida que tiene un niño de 2 a 3 años.
-Protestan con mucha frecuencia. Porque con mucha frecuencia, quieren hacer lo que les place.
-Establecen «lucha de poder» con los adultos. Esto es; mientras el adulto se resiste a complacerle, se muestran más determinados.
-Usan mecanismos de defensa o ataque; mordiendo, pegando o pataleando, cuando se les contradice. Como se saben indefensos, usan sus propios cuerpos como sus «armas» para salirse con las suyas y/o conseguir ser complacidos.
Estos comportamientos serán más intensos dependiendo de dos aspectos:
-Temperamento del niño. Si es de temperamento colérico o de voluntad firme, sus actitudes de obstinación serán más frecuentes o intensas.
-Manejo de los padres ante sus reacciones. Estas conductas que desestabilizan a los padres porque de repente el niño se resiste, cuando antes no lo hacía, es una conducta normal de afirmación del «yo».
Sentimientos que producen las rabietas en los padres: Ira, sensación de provocación y de que su autoridad se ve amenazada.
La reacción común de los padres: Tendencia a ofrecer/dar golpes o rendirse.
Respuesta del hijo ante esta actitud de papá o mamá: Intensifica la hostilidad aumentando la sensación de reto a la autoridad de los padres.
Si bien es cierto que este comportamiento poco dócil es normal de los dos a los tres años, no significa que deben ignorarse las conductas inadecuadas, pero tampoco los padres deben actuar con hostilidad.
Personas Sólidas forman Familias Sólidas y estas construyen una Sociedad Sólida.
La autora es Trabajadora Social y Terapeuta Familiar