Loor a los verdaderos periodistas
ViBa la Comunicación
Vilma Batista
Aunque muy temprano supe que mi orientación era hacia la comunicación social, siempre sentí el gusanito que me inclinaba hacia la aplicación en la vida corporativa y su interrelación con el entorno, por lo que elegir la especialización en Relaciones Públicas se me ha dado muy natural.
En mi quehacer profesional he tenido el deleite de siempre estar rodeada de verdaderos periodistas, esos que tienen firme compromiso con servir la verdad, con contribuir a cambios y mejoras sociales, que a diario escudriñan el bien y mal hacer para llamarnos a poner atención, que no se cansan de investigar, que no se doblan ante la lisonja, la posición o peculio.
Como si fuera poco, esas mujeres y hombres de alta valía me han permitido ser amiga, cómplice y hasta confidente de tantos desafíos, asimismo compartir tantos logros.
Recuerdo la primera vez que visité una redacción hace más de 15 años, con esa sensación sobrecogedora que sentí en mi pecho, una mezcla de respeto y admiración solemne hacia todas esas almas concentradas y hacendosas de opinión.
Y qué decir de la emoción cada vez que podía ponerle un rostro al nombre que firmaba la nota, cuartilla o columna que había leído ¡Era como conocer una celebridad!
El periodismo es un oficio único y quienes lo ejercen con seriedad se distinguen por su desprendimiento, dedicación, compromiso y esfuerzo por servir la información de manera segura y honesta.
Puede sonar casi utópico en nuestra era donde se hace urgente mejorar la calidad de los contenidos y reanudar el diálogo social para reconquistar la confianza lastimada por tantas faltas éticas.
Algunos afirman que son tiempos difíciles para el periodismo de calidad, apuntando a las crisis economicas y la transición hacia la democratización del dato donde cada quien puede ¨reportar¨ según crea, gracias a las plataformas digitales.
La verdad es que en este escenario es donde se crece el periodismo riguroso, honesto y confiable apostando siempre a verdaderamente informar a la sociedad del conocimiento permitiendo diferenciar y convivir a la información con la opinión.
Me confieso una comunicadora privilegiada al celebrar el Día Nacional del Periodista entre colegas y recordando a Alejo Carpentier cuando afirmaba que ¨el periodismo es una maravillosa escuela de vida¨.