Los malos tratos en la vejez, un problema que merece atención

Yanira Fondeur
Promoviendo la Paz

Desde hace 9 años, en el 2011, la  Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció el 15 de junio como Día Mundial de Toma de Conciencia de Abuso y Maltrato en la Vejez.

En nuestro país y según la Ley No. 352-98 sobre Protección de la Persona Envejeciente se considera persona envejeciente a todo aquel mayor de sesenta y cinco años de edad, o de menos, que debido al proceso de envejecimiento, experimente cambios progresivos desde el punto de vista psicológico, biológico, social y material.

Esta legislación especializada tiene como objetivo sentar las bases institucionales y establecer los procedimientos que permitan la protección integral de la persona envejeciente.

Se trata de un problema de derechos humanos que afecta la salud física y emocional de la población más vulnerable, que merece de toda nuestra atención, valoración  y ocupación hoy más que nunca.

Según las autoridades sanitarias, en la pandemia generada por el virus COVID-19 se estima que, los adultos mayores tienen cinco veces más las posibilidades de correr riesgos de fallecer que el promedio de las personas.

En consecuencia,  sus cuidados en la actualidad han de ser extremos  para que conserven su vida y salud, incluyendo el distanciamiento social de todas y todos,  incluyendo familiares, requerido para evitar el contagio del virus, que bien sabemos se  complica con enfermedades cardiovasculares y  diabetes, entre otras.

Las atenciones de la población adulta mayor constituyen un desafío no sólo en  nuestro país sino en toda la región de América Latina, por eso en el diseño de políticas públicas efectivas debe incluir acciones estatales que los mantengan protegidos, activos y participativos.

Se estima que, para el año 2030 cerca de 1.5 millones de personas en el país  tendrán más de 60 años y según las estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas para el 2050, más del 20 por ciento de la población serán mujeres mayores a esa edad, que culturalmente vivimos sometidas a más discriminaciones.

En el país opera un Sistema de Desarrollo Integral para el Adulto Mayor que para el año pasado había impactado en la vida de más de 283,000 adultos mayores, así como un  Consejo Nacional de la Persona Envejeciente que ofrece programas integrales.

Además del cuidado en su alimentación y medicamentos, los envejecientes requieren de tiempo de calidad  y paciencia para escucharles sus inquietudes y anécdotas.

Debemos recordar que es en vida cuando podemos demostrarles cuanto lo amamos y les podemos expresar el orgullo que sentimos por los valores que  con sus enseñanzas han podido transmitirnos, los cuales estamos en la disposición de seguir dejando de legado en nuestros descendientes.

Según un estudio en los Estados Unidos, la edad más productiva en la vida de los seres humanos se encuentra en las década de los 60 a 70 años de edad y que puede continuar hasta los 80 años, por lo que no podemos menospreciar esa etapa de los adultos mayores.

Respetar, valorar y tener paciencia con nuestros envejecientes es una labor que debemos practicar diariamente, así como rechazar todo tipo de malos tratos al que muchas veces son sometidos en franca violación a sus derechos humanos.

La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia.

 @Yanira_Fondeur