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Los Reyes Magos eran sacerdotes teólogos de la astronomía del antiguo Oriente
Melchor, Gaspar y Baltasar están documentados por primera vez en un códice del siglo VII, que se conserva la Biblioteca Nacional de París
Valencia.- La literatura sobre los Reyes Magos de Oriente, tan entrañables para grandes y pequeños en las fiestas cristianas navideñas, se remonta a la antigua Persia, donde los sacerdotes recibían el nombre de Mogh, estudiosos de la teología astronómica.
Recordemos en Génesis la descripción de cómo Dios crea el firmamento, comenzando por la luz, principio de toda reacción química. Sin luz no hay vida. Las lenguas contemporáneas de la persa, siríaca, egipcia, griega y latina utilizaron ya la palabra tal como la conocemos, magos: sacerdotes astrónomos.
De su reconocida fama como expertos astrónomos ya daba cuenta en su tiempo Cicerón en su tratado “De divinatione”. Es la tradición, que no la documentación, la que habla de que fueron Reyes y tres. Una tradición que se fija oral y pictóricamente en la época de las Catacumbas, inicio del cristianismo. En su derredor, variaciones múltiples sobre el mismo tema, con un mismo denominador común.
Los que se han acercado al tema en las distintas épocas no se ponen de acuerdo en sus países de procedencia, concluyen que pudieron ser de Persia, pero hay tradiciones nacionales opuestas a esta teoría. Es el caso de Omán, sultanato árabe, donde tienen como orgullo y timbre de honor que no uno, sino los tres Reyes Magos salieron de allí hacia Belén siguiendo la estrella. Así nos lo contó la guía oficial a ungrupo de periodistas que visitamos el Sultanato de Omán, país musulmán, invitados por su gobierno.
La estrella está presente en el Antiguo Testamento como anunciadora del que ha de venir. En Num. 24,17, Balaam profetiza que “Nacerá una estrella de Jacob”. Jesús nació de la estirpe de Jacob, última cadena de su genealogía relata en el Evangelio. En sus observaciones astronómicas vieron el meteoro manifestado de forma extraordinaria y le siguieron hasta Jerusalén y luego hasta Belén. Kepler afirma que dicho fenómeno “pudo ser producido por la conjunción de los planetas Marte, Júpiter y Saturno, la cual había de producir una combinación de luz muy intensa”.
Lógicamente, los Reyes Magos no llegaron a Belén días después de nacer Jesús. Eso queda para la didáctica del ciclo litúrgico de la Iglesia. Uno de los cálculos hechos por expertos habla de que tardarían dos meses en aparecer por allí. No ocurrió el encuentro en un establo o pesebre, Mateo habla ya de casa.
Estos curiosos personajes se quedaron luego por allí, se unieron a la causa del cristianismo. Murieron mártires en Palestina. El emperador Constantino el Grande se llevó sus cuerpos a Constantinopla (Estambul, Turquía), luego fueron enviados a Milán (Italia) y de aquí a Colonia (Alemania), regalo del emperador Federico Barbarroja al obispo de aquella ciudad en 1164, donde hoy reposan en su magnífica catedral.
Fuente: Religión Digital