Más apoyo para las y los huérfanos de los feminicidios
Yanira Fondeur
Promoviendo la Paz
La partida de un ser querido, y más aún si es inesperada, constituye un hecho que conmueve nuestros sentimientos y emociones, haciéndonos recordar que en la vida lo único seguro es el presente, el pasado representa recuerdos y el futuro lo incierto.
En las víctimas invisibles de la violencia que son los niños, niñas y adolescentes que repentinamente quedan huérfanos por el feminicidio y suicidio de sus progenitores, el trauma psicológico resulta mayor, más aún si son testigos presenciales del trágico hecho.
Tal fue el caso de las tres niñas de 11, 7 y 4 años de la joven abogada Anibel González asesinada por su ex pareja, quien posteriormente se suicidó. Junto a ellas la Fundación Vida Sin Violencia registra éste año 2019, a 27 huérfanos, que desconocemos si están recibiendo ayuda psicológica y económica estatal.
En el mes de enero, Ana Isaura Pimentel de 31 años fue asesinada por su ex pareja en su hogar de Bávaro, quien se suicidó posteriormente, dejando a 4 hijos huérfanos con edades de 14, 9, 6 y 5 años.
Igual ocurrió con los feminicidios de Nairobi Pérez, Kani García, Noemí de los Santos Moreta, Yoselin Núñez, Nayelin Medina y Anabel Paulino que dejaron en orfandad de tres y dos descendientes cada una.
En razón de que, las estadísticas son importantes para la aplicación de políticas públicas eficientes, nuestra Fundación registró en el año 2016 unos 43 huérfanos, en el 2017 la cifra se elevó a 74 y en el 2018 disminuyó a 59, debiendo observarse la posibilidad del sub registro.
Bien sabemos que, desde el año 2015, en un esfuerzo del programa Progresando con Solidaridad, que auspicia la Vicepresidencia de la República para contribuir a la causa, diseñaron junto a CONANI, el Ministerio de la Mujer, Salud Pública y la Policía Nacional, un protocolo de atención para los niños, niñas y adolescentes huérfanos de los feminicidios.
En cuatro años, del 2015 al 2019, con un presupuesto superior a los 7 millones de pesos, 386 menores huérfanos han recibido acompañamiento psicológico, legal y socioeducativo, distribuidos entre 186 familias acogidas.
Y nos preguntamos ¿Qué pasa con los demás huérfanos que no han tenido acceso a ese apoyo psicosocial y económico que les ofrecen esas instituciones del Estado?
Sabemos que hay parientes que asumen la custodia de las y los niños, mientras otros quedan muy afectados, porque además de perder a sus progenitores son separados de sus hermanos, debido a la carga económica que representan para quienes les reciben.
El gran impacto en las víctimas invisibles de la violencia genera consecuencias en su desarrollo emocional, social y académico, en razón de que, suelen manifestar problemas de conductas como agresividad e hiperactividad en algunos casos y en otros, estados depresivos, miedo, ansiedad, baja autoestima, dificultad para conciliar el sueño y bajo rendimiento académico.
El daño emocional que afecta a los huérfanos de los feminicidios merece una rápida y eficiente atención especializada, para que junto a sus familiares les permitan sentirse escuchados y protegidos en un ambiente de amor, cuidado y confianza, que les permita devolverle un poco de paz a sus corazones, a pesar del dolor que llevan dentro.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia
@Yanira_Fondeur