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Mayores controles para mantener la paz escolar
Yanira Fondeur
Promoviendo la Paz
En reiteradas ocasiones he pronunciado que urge educar para la paz en los centros de estudios y cada vez estoy más convencida de ello.
Amables lectores, quiero dedicar mi artículo de hoy a narrarle la experiencia vivida la semana pasada en la visita al liceo vespertino Víctor Garrido Puello de esta capital, en compañía de mi compañera de la Fundación Vida Sin Violencia, Loly Alonso y de la psicóloga colaboradora Celinés Madera, con la finalidad de ofrecer una charla sobre el acoso escolar o bullying a los estudiantes del tercero de bachillerato.
Tras coordinar la celebración de la actividad en el club ubicado detrás del centro, una autoridad del centro educativo nos informó que por razones ajenas a su voluntad se celebraría en el salón del centro de cómputos, pero, al acudir al liceo notamos la cara visiblemente turbada del encargado de seguridad de la entrada del recinto, diciéndonos que podíamos pasar, pero que el personal estaba resolviendo unos problemas.
Nos encontramos que, miembros de la Policía Nacional estaban presentes y al indagar se nos informó que 6 estudiantes habían sido detenidos y enviados a la fiscalía barrial más cercana, en razón de que les fueron incautadas armas blancas.
Nos llamó poderosamente la atención que a la entrada del recinto escolar hay un amplio letrero que especifica que está prohibido portar tatuajes y mini faldas, entre otros, pero no hacen ningún tipo de alusión a portar objetos que puedan herir a un compañero.
Resulta que, indagando más sobre lo acontecido, los hechos violentos habían iniciado el día anterior, con una discusión de dos alumnos a la salida del centro que terminó en disparos de armas de fuego y peor aún, se nos dijo que los padres fueron a defender a sus hijos también armados. Gracias a Dios que el hecho no culminó en una tragedia.
La charla que acudimos a impartir no pudo ser más oportuna y ello nos dio satisfacción por la activa participación estudiantil, pero, vivimos la atmósfera de preocupación imperante en el personal docente, que desea contribuir en que los alumnos y alumnas asimilen mensajes de educación en valores para prevenir el acoso o bullying, pero que muchas veces no pueden controlar los conflictos violentos que surgen.
En medio de la intervención de la psicóloga Madera entraron al aula el personal policial presente y nos pidieron permiso para tomar la palabra e invitarlos a exhibir una conducta apacible ante los profesores, compañeros y sociedad, cultivando la obediencia para que en el futuro sean hombres y mujeres de bien, ejemplos para sus hijos e hijas.
Esta experiencia narrada no se trata de un hecho aislado de la realidad que se vive en las escuelas públicas del país, las cuales carecen de personal especializado policial que controlen el ingreso de objetos en las mochilas y acciones violentas, por ello, con el sentido de responsabilidad que nos caracteriza, dirigimos una carta al Ministro de Educación, ingeniero Andrés Navarro, para informarle de nuestra preocupación y solicitarle su intervención en el particular.
Justo ese mismo día los medios de comunicación informaron que en el sector Los Frailes un estudiante de cuarto de bachillerado con 16 años fue detenido luego de que supuestamente lanzara una bomba de fabricación casera de químicos en un centro escolar, que afectó a unas 26 personas, entre ellos estudiantes y docentes.
Esperamos que los responsables de cada caso violento en los centros educativos sean debidamente sancionados, para así dar el ejemplo a la comunidad estudiantil de comportamientos tóxicos que entorpecen la sana convivencia y el fomento de la cultura de paz que anhelamos y necesitamos para vivir con tranquilidad y felicidad.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia.