Medidas para enfrentar y protegerse ante un eventual huracán, en esta temporada del 1 de junio hasta el 30 de noviembre
Conozca las medidas que debe tomar para protegerse y enfrentar cualquier eventualidad en esta temporada de huracanes
Hay un dicho que reza que “nunca es tarde”. Por eso, si todavía no ha tomado las medidas necesarias para enfrentar de forma segura esta temporada de huracanes, está a tiempo.
El huracán María cambió las reglas del juego para todos. Provocó grandes daños en viviendas e infraestructuras. Pero, el impacto más significativo fue la interrupción de las telecomunicaciones y del servicio de energía eléctrica, que todavía hoy afecta miles de personas.
Como consecuencia, vivimos el cierre de todo tipo de comercios y oficinas de servicios, así como una escasez de comida y agua, falta de acceso a medicamentos y atención médica.
Las muertes de personas con diversas condiciones de salud, especialmente de adultos mayores, se cuentan en miles, aunque no hay una cifra exacta.
Ese es el escenario para el cual tenemos que prepararnos. Y, lo primero que debemos hacer es evaluar nuestros riesgos y necesidades individuales, porque todos tenemos condiciones diferentes, aunque vivamos en un mismo sector.
En diversos talleres y conferencias ofrecidas en los pasados meses en anticipo de esta temporada, lo primero que se ha enfatizado es la necesidad de hacer una evaluación de los riesgos. Es decir, en caso de un huracán o lluvias intensas que provoquen inundación o deslizamientos, ¿cuál es su plan “A” y cuál es su plan “B”?
Para ello, debe contestar preguntas como las siguientes:
- Si vivo en un área inundable, aislada o propensa a deslizamientos, ¿a dónde voy a ir para protegerme antes de que ocurra el evento?
- ¿Soy independiente o necesito ayuda para moverme? ¿Quién puede asistirme?
- ¿Cuido a una persona con limitaciones de movilidad, en silla de ruedas o postrada en cama? ¿Quién puede asistirme?
- ¿Utilizo un equipo médico especial que requiere energía eléctrica continuamente?
- ¿A quiénes puedo llamar en un momento de emergencia? ¿Tengo sus números de teléfono?
- Si las comunicaciones se interrumpen, ¿cómo me voy a comunicar para pedir ayuda?
- ¿Cómo voy a salir de mi casa y mi sector? ¿Tengo carro o alguien me ofrecerá transportación?
- Si se va la luz eléctrica y el agua, ¿tengo una fuente de energía alterna, como una planta o sistema de energía solar? ¿Tengo agua almacenada?
- ¿Cuento con suministros suficientes de comida no perecedera y agua? La recomendación antes de María era que se almacenaran para 24 horas o tres días. Luego de lo que hemos pasado, el suministro debe ser para una o dos semanas.
- ¿Tengo mis medicamentos para, por lo menos, 30 días?
- Si tengo diabetes y uso insulina, ¿cómo la voy a tener refrigerada? La insulina puede durar hasta 28 días fuera de la nevera, si no se ha expuesto al sol.
- ¿Tengo una mochila de emergencia con lo necesario, incluidos documentos esenciales?
- ¿Si mi médico de cabecera no estuviera disponible, tengo una alternativa? Sería bueno que se informara y coordinara con su médico y su seguro de salud.
- ¿Cúanto dinero en efectivo debo tener para sufragar mis necesidades por, al menos, tres semanas, en caso de que los bancos y cajeros automáticos no operen?
- ¿Tengo mascotas? Debe tener provisiones para varias semanas.
La respuesta a esas y otras preguntas le permitirán hacer un plan de emergencias para usted y su familia, que debe compartir con familiares y vecinos y, por supuesto, con las personas que ha identificado como su red de apoyo. Este paso en su plan de emergencia es vital, especialmente ahora que la emigración ha dejado a muchas personas sin apoyo. Si sus hijos y otros familiares emigraron, debe hacer acercamientos con vecinos o conocidos para que lo ayuden en caso de necesitarlo.
Es importante que identifique sus recursos, fortalezas y debilidades. Eso incluye sus capacidades para moverse, su grupo de apoyo y su vivienda, pero también implica hacer una evaluación de su salud y reconocer que, en momentos de emergencia, las personas mayores son más vulnerables a enfermedades. Por eso, tiene que dar prioridad a cuidar de su salud física y mental.
Fuente: El Nuevo Día