Mendicidad en Atlanta contrasta con riqueza de esta metrópolis de marcas mundiales
Manuel Díaz Aponte
Atlanta, Georgia. -Nacer en un país del primer mundo abre muchas oportunidades, pero no es garantía para que un ciudadano trascienda.
Vi por calles, avenidas y debajo de elevados y puentes de esta urbe, la penosa imagen de la mendicidad esparcida y merodeando inclusive hasta en los perímetros de las explanadas de las gigantes edificaciones de dos de sus principales marcas mundiales: Coca-Cola y CNN.
Contrasta a la vez, que ello ocurra en el corazón de la capital del estado de Georgia, donde operan transnacionales de servicios poderosas como las compañías Fortune 500; United Parcel Service, Southern Company, Genuine Parts Company, Delta Air Lines y Veritiv entre otras.
Las enormes torres comerciales, residenciales, museos y estructuras viales de la ciudad de Atlanta proyectan una imagen vanguardista de una urbe en constante crecimiento.
En los semáforos algunos pedigüeños exhiben carteles pidiendo la solidaridad de quienes se movilizan por la ciudad de Atlanta, incluida la transitada vía que lleva el nombre de Jimmy Carter, expresidente estadounidense por el Partido Demócrata (mandato presidencial: 20 de enero de 1977–20 de enero de 1981).
¿Cómo puede haber pobreza extrema en Estados Unidos, superpotencia que tiene uno de los mayores gastos militares del mundo?
El gasto público en defensa en Estados Unidos creció 31.600,9 millones en 2020, es decir un 6,72%, hasta 685.895 millones de euros 781.666,7 millones de dólares, con lo que representó el 7,93% del gasto público total.
Los países que acometieron un mayor gasto militar en 2021 fueron Estados Unidos, China, India, Reino Unido y Rusia, los cuales acumulan en conjunto un 62% de la inversión mundial.
En un mundo tan complejo y convulso como el que vive la humanidad actualmente, la visión positivista de la persona es determinante.
Existen muchos casos de personas que alcanzaron el éxito habiendo salido de las entrañas de pueblos tercermundistas.
Pobreza mental
En otras palabras: el ser humano donde quiera que nazca es un ser humano con virtudes, defectos, complejidades, perversidades mentales y aptitudes que definirán su trascendencia o no en su espacio social.
Aunque hay particularidades y observamos que, en EE.UU. difícilmente un marginado arrebate un celular, anillo o cartera al transeúnte. A menos, que sea un vicioso para comprar sus drogas.
En cambio, en muchos países de América Latina, donde las diferencias sociales y falta de oportunidades son muy marcadas esto ocurre frecuentemente. En verdad, la actitud de los marginados latinoamericanos está cargada de resentimientos por los años de exclusión, opresión y carencia a los que han sido sometidos.
La mentalidad en el accionar humano es determinante para romper barreras e incorporarnos a los obstáculos y adversidades que nos imponen las normativas sociales.
Al final, es el propio ser humano el que marca los horizontes en su trayectoria de vida, lo que define en la mayoría de los casos sus éxitos o fracasos.
¿Qué diferencia hay entre vivir en un país de primer, segundo o tercer mundo?, ¿Acaso para ser disciplinado con la educación, alimentación y los ejercicios físicos hay que ser del “primer mundo”?
Se puede nacer y crecer en una nación subdesarrollada teniendo la mentalidad de la disciplina y la consagración hacia hábitos sanos que nos permitan acumular años con calidad de vida.
En Atlanta, vi muchas personas obesas y todo indica que el excesivo consumo de carbohidratos, alimentos ultra procesados, carnes grasosas, gaseosas exageradamente azucaradas y la falta de ejercicios físicos entre sus ciudadanos predominantemente de piel negra es la causa del problema.
Obesidad, serio problema en EE.UU.
En 2020, el porcentaje de obesidad entre la población adulta en el Estado de Georgia era de 34,3%. A nivel nacional, el 40% de los estadounidenses son obesos.
Mientras que los adultos negros no hispanos (49,9%) tienen la mayor prevalencia de obesidad ajustada por edad, seguidos de los adultos hispanos (45,6%), los adultos blancos no hispanos (41,4%) y los adultos asiáticos no hispanos (16,1%).
Los menos obesos son los adultos asiáticos que conservan sus tradiciones alimenticias en la ingesta de vegetales, frutas y hábitos de ejercicios.
El consumo es notorio entre la gente por su poder adquisitivo reflejándose la movilidad comercial en los supermercados, tiendas y centros recreativos.
Sin embargo, muchos mitos han caído como, por ejemplo, “los dólares se encuentran en las aceras” como solían creer muchos latinoamericanos, entre ellos, dominicanos porque todas las transacciones se realizan mediante pagos de tarjetas.
Tampoco las cosas no son baratas ni siquiera los alimentos que en otrora tenían precios más equitativos con relación a los de América Latina.
Escudo Protector
Una diferencia abismal entre la realidad estadounidense y Latinoamericana es el funcionamiento de las instituciones y aplicación del peso de la Ley. En efecto, a nadie se le ocurre lanzar desperdicios a las vías públicas o violentar la señal del semáforo al conducir.
El ciudadano teme como el “diablo a la cruz” el violentar leyes porque el régimen de consecuencias es severamente aplicado sin importar quien está involucrado.
El autor es periodista y profesor de Comunicación Social.
Twitter: @ManuelDiazApon3