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Mis expectativas para el sector cultural en 2025
Por Juan José Mesa
A partir de un análisis profundo de las dinámicas culturales observadas en 2024, considero que el 2025 debe ser un punto de inflexión hacia la consolidación estratégica del sector cultural en la República Dominicana. Enfrentamos retos significativos, pero también oportunidades únicas que, con una planificación visionaria y un compromiso sostenido, podrían transformar nuestro panorama cultural y proyectarlo como un modelo de desarrollo sostenible en la región. Mis expectativas se articulan en torno a seis ejes fundamentales:
1. Reforma normativa y fiscal: Es crucial avanzar en la actualización de la Ley de Mecenazgo (340-19) y en la implementación de incentivos fiscales innovadores que fortalezcan el financiamiento sostenible de las industrias culturales. La cultura debe ser revalorizada como un bien público y motor económico, con mecanismos que faciliten el acceso de los actores culturales a inversiones estratégicas.
2. Profesionalización de la gestión cultural: En 2025, espero que la profesionalización se institucionalice como un requisito imprescindible para gestores, artistas y representantes culturales, incluyendo agregados en el extranjero. Esto exige capacitaciones, alianzas público-privadas y el fortalecimiento de las capacidades institucionales, priorizando una cultura descentralizada que integre a comunidades locales y provincias en la toma de decisiones.
3. Digitalización e innovación tecnológica: Es indispensable consolidar plataformas digitales que expandan el acceso a la cultura, conectando a los creadores dominicanos con mercados internacionales. La presencia activa en festivales, ferias y espacios globales debe ser una prioridad, posicionando nuestra riqueza cultural como una marca de excelencia.
4. Dinamización del mercado del arte: Es urgente establecer la partida arancelaria *Arte Dominicano* y diseñar estrategias para promover el mercado del arte a través de eventos inmersivos, ferias y subastas. La cultura debe asumirse como un activo económico estratégico, con incentivos claros para su crecimiento sostenido.
5. Concertación multisectorial: El sector cultural debe institucionalizar espacios de diálogo entre el Estado, la sociedad civil y el sector privado. Mesas de trabajo sectoriales garantizarán que las políticas respondan a las necesidades reales y trasciendan compromisos coyunturales.
6. Impacto social y acceso igualitario: La cultura debe reconocerse como pilar de cohesión social, fortaleciendo la identidad y el bienestar colectivo. En 2025, debemos promover iniciativas que eliminen barreras al acceso cultural, asegurando que todos los dominicanos se beneficien de esta riqueza inmaterial.
El 2025 debe ser un año de reformas profundas, creatividad transformadora y alianzas estratégicas. La República Dominicana tiene todos los recursos para alcanzar un ecosistema cultural dinámico y globalmente competitivo; la clave está en convertir ese potencial en una realidad tangible.
El autor es gestor e investigador cultural independiente comprometido con la investigación. Tasador de arte para patrimonios y seguros.