Mujeres, conquistas promisorias
Promoviendo la Paz
Yanira Fondeur
Nuevas conquistas del liderazgo femenino, que van desde escaños políticos importantes, direcciones de instituciones académicas hasta el goce de derechos en sociedades fundamentalistas, acontecidas la pasada semana tanto nacional como internacionalmente, constituyen alegría y motivación para que cada día nos esforcemos en lograr alcanzar naciones más democráticas e igualitarias.
En nuestro país, la docente Emma Polanco Melo, una doctora en Economía Aplicada y contadora, con 32 años en la academia, alcanzó el 52 .79% de los votos logrando convertirse en la primera rectora de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), la Primada de América, luego de sus 472 años de fundación. Antes, la nueva rectora se desempeñó durante dos períodos como decana de la Facultad de Economía y su elección ha recibido gran acogida en todos los sectores sociales.
Mientras en Colombia, la abogada especialista en derecho comercial, Marta Lucía Ramírez, logró en las elecciones alcanzar la Vicepresidencia de la República, luego de 208 años de fundación de esa nación. En el año 2003, se desempeñó como Ministra de Defensa.
En tanto, la pasión que mueve el Mundial de Futbol en Rusia ha permitido que en Irán se otorgara el libre acceso de las mujeres a presenciar junto a los hombres el partido a través de una pantalla gigante en el estadio el Azadí de Teherán, tras 37 años de prohibición por el supuesto ambiente violento y el lenguaje soez empleado por algunos, lo que no era considerado apropiado para la población femenina desde el 1979 con el triunfo de la revolución islámica.
Las buenas noticias se extienden a Arabia Saudita, cuyas autoridades han permitido que las mujeres puedan conducir vehículos, lo cual implicará la reducción de la dependencia en que se han mantenido en esa nación.
Ciertamente vivimos en una era de cambios y transformaciones, en la que paso a paso se reconocen las capacidades de las mujeres de poder ejercer roles políticos, económicos y sociales que antes eran marginados y limitados al hogar.
No obstante, queda mucho por conquistar en éste mundo globalizado, si queremos que la igualdad de derechos impere proporcionando sociedades con mejores convivencia.
Albergamos la esperanza que cada día las conquistas femeninas representen luz y modelos a seguir, desaprendiendo estereotipos que generan violación a los derechos humanos, y que se constituyan en estímulos para que las presentes y las nuevas generaciones continúen preparándose con ahínco, determinación y perseverancia, ya que a mayor igualdad mayor paz social.
La autora es presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia.