Mujeres: Reencuentros peligrosos
Promoviendo la Paz
Yanira Fondeur
A pesar de estar prohibido constitucionalmente, al parecer constituye una sentencia de muerte el rechazo de las mujeres a continuar una relación de malos tratos, fundamentado en la creencia del agresor machista del sentido de propiedad de su pareja y de disponer de su vida.
Apreciados lectores, tenemos la obligación de seguir creando conciencia de que, cuando una mujer decide concluir una relación con su pareja, por cualquier motivo, incluyendo cuando se considera abusada psicológica, física o económicamente, no debe exponerse a reencontrarse con él bajo ninguna excusa, más aún si ha acudido ante el fiscal y conoce que el denunciado no sabe controlar su ira y posee una arma de fuego.
La pasada semana, por ejemplo, Yoneisi Mejía de 32 años, madre de dos hijos y residente en Pantojas, Santo Domingo Oeste, accedió a recibir en su hogar a su ex pareja, el sargento de la Policía Nacional Wilfredo Bienvenido Rodríguez, bajo la excusa de que le entregaría el dinero de manutención de sus descendientes, en cambio ese fue el último día con vida: Asesinada con el arma de reglamento que posteriormente utilizó para suicidarse.
Una tragedia similar vivió el pasado mes de febrero la adolescente Paola Feliz de los Santos, residente en Santo Domingo Este, al recibir un disparo de su ex pareja, un ex miembro del Ejército Nacional que supuestamente trabajaba como seguridad y respondía al nombre de Adonis Rosario.
Así como estos casos podríamos mencionar del pasado año los feminicidios ejecutados a la enfermera Esperanza de 37 años, residente en San Pedro de Macorís, quien fue asesinada por su pareja en el hospital donde trabajaba, siendo éste un oficial de la Policía y padre de sus tres hijos.
También en el año 2017, la profesora Mirelis Pérez Urbaez de 38 años y la señora Juana Báez de 44 pasaron al listado de los feminicidios registrados en el país cometidos por militares, tras negarse a continuar la relación con ellos.
Debe la mujer tomar en cuenta al momento de decidir su separación, que el rechazo a seguir siendo víctima de su pareja violenta constituye un factor de riesgo y que siempre debe evaluar que tanto él controla la ira, para así adoptar las medidas de protección más adecuadas.
Es imprescindible contar con una red de apoyo –familiares, amigos y autoridades- y evitar bajo toda circunstancia reencontrarse de manera confiada, ya que el riesgo es muy elevado, sin importar el motivo que fuere y en caso de que sea necesario, coordinarla con conocimiento de la autoridad y de sus familiares.
Las medidas de precaución deben ser del conocimiento de toda mujer en conflicto, debiendo corresponderle a los jueces y fiscales observarlas a la denunciante. Además entendemos que se requiere que las autoridades policiales y militares desarmen a sus miembros tan pronto sean informados de las denuncias.
Vivir una vida con buen trato es un derecho que debemos defender siempre.
La autora es presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia.