Orgánico Vs. Enlatado
ViBa la Comunicación
Vilma Batista
Un verdadero influenciador es el individuo que tiene la capacidad de movilizar a sus contactos hacia una idea, tendencia, producto o servicio con que se identifica.
El activo más valioso del influenciador es su credibilidad basada en la coherencia de su discurso y accionar personal y social, logrando que su entorno le atribuya un nivel de conocimiento y liderazgo sobre el asunto que se reconoce.
Es la capacidad de conectar y atomizar de manera orgánica y eficiente en el mundo real lo que dará un peso específico a la capacidad de influenciar que se atribuye a la persona.
En nuestra época de hiperconectividad, donde el entorno de las redes sociales nos permite conectar con cantidad de personas a nivel global, es retador poder separar la paja del trigo y muchas veces se atribuye el impacto de las personas basado solo en su cantidad de seguidores.
Es un secreto a voces la tentación que personalidades han tenido al adquirir paquetes de perfiles enlatados de seguidores, creados a la medida solo para abultar su cuenta para hacerse más visible a los posibles contratantes como embajadores de sus intereses.
Si bien la cantidad puede ser un indicador válido para los equipos comerciales al identificar posibles influenciadores, usualmente los estrategas buscamos la sustancia de lo que realmente aporta a mediano y largo plazo vincular la marca al perfil particular de un «influencer».
Más allá de seleccionar nombres famosos, sonoros o en tendencia, debemos revisar la estrategia que responde construir una relación directa e instantánea al perfil personal y profesional de un influencer, tanto a nivel digital como físico.
Algunos cuestionamientos que deben primar a la hora de decidir a quien sumamos para potencializar nuestra promesa es si los intereses y estilo de vida de esta persona(y por extensión de sus contactos) son afín con los valores de nuestra empresa, con los atributos de nuestros productos, con el nivel que asignamos a nuestro servicio.
En nuestro país muchas campañas se auxilian del válido recurso de la influencers, pero lamentablemente no todas eligen basado a una estrategia definida sino partiendo de la popularidad y coyuntura del momento, que pueden resultar de conductas altamente cuestionables, tanto on line como off line.
Cada uno de nosotros en si mismo somos catalizadores comunicativos influenciados e influyentes en la medida que logramos accionar a nuestros relacionados.
La comunicación y sus herramientas construyen puentes, pero solo los de carne y hueso unidos hacemos la diferencia.