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Organización Mundial de la Salud presenta registros alarmantes de obesidad infantil en América Latina; citan cómo contrarrestarlo
Analizamos hasta qué grado el problema de la obesidad infantil afecta a América Latina.
Estados Unidos.- De acuerdo con el último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicado en febrero, en 2016 se registraron 41 millones de niños menores de cinco años con sobrepeso u obesos y más de 340 millones con el mismo problema entre niños y adolescentes de entre 5 y 19 años.
Dayana Guerrero, de la localidad mexicana de Guasave, todavía recuerda bien las burlas que sufrió cuando padecía obesidad en su infancia. «Cochi, ballena, rinoceronte y vaca» formaban parte del constante bullying que se sumaba a las dificultades físicas.
«Recuerdo que me costaba mucho trabajo respirar y caminar, en las noches me levantaba a comer a escondidas de mi mamá, me costaba mucho trabajo abrocharme las agujetas y subirme al camión», comentó Dayana a RT.
Lo único que pudo detener el avance de su enfermedad, fomentada por una nutrición inadecuada y falta de actividad, fue un baipás gástrico. Desde hace varios años la joven no solo ha logrado bajar de peso considerablemente, sino también cambiar la manera de relacionarse con su familia. Su madre, Ramona Carrillo, ha destacado que ahora el mal humor de Dayana ha desaparecido y «es pura fiestas, puro querer comprarse ropa».
El problema de obesidad infantil no concierne solamente a México y es una realidad de muchos países de América Latina. Según el informe Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional en América Latina y el Caribe de 2017, elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), 3,7 millones de niños menores de 5 años padecen el sobrepeso infantil en la región.
Norma Piazza, miembro del Comité de Nutrición de la Sociedad Argentina de Pediatría, señaló a RT que a medida que las actividades naturales de un niño, como correr, saltar o jugar, están siendo reemplazadas por comportamientos menos activos, como pasar más tiempo enfrente de una pantalla y estar más quieto, «se dan las dos explosivas situaciones: una alimentación con calidad diferente a la natural y una actividad física diferente a la que el físico de un niño debiera estar preparado o está preparado».
Por su parte, Luisina Troncoso, asesora en lactancia y crianza y docente de cocina saludable, sostiene que hay «un combo de varias cosas que necesitamos cuidar», como darles una «alimentación saludable» e incluso disminuir el uso de productos de limpieza que «pueden ser muy contaminantes».
Fuente: actualidad.rt