La Bienal Internacional de Arquitectura y Urbanismo de República Dominicana premia la
Paternidad exitosa
Yanira Fondeur
Promoviendo la Paz
A propósito de que el próximo domingo conmemoramos el Día de los Padres, leí recientemente una frase que expresaba «Ver a tus hijos crecer y ser buenas personas, eso es tener éxito en la vida».
No obstante saber de que las personas varían su visión del éxito dependiendo de distintos intereses, todos estamos conteste de que la familia ha sido, es y seguirá siendo la primera y valiosa de las empresas que podamos tener o aspirar.
Tener éxito profesional es super meritorio, pero nada tiene más valor que regresar a un hogar donde abunde la armonía entre sus miembros, que a pesar de reconocerse diferentes, se apoyen en los buenos y malos momentos.
Cierto, las familias perfectas no existen, pero si la voluntad y decisión de hacer de nuestros descendientes mujeres y hombres de bien. Verlos crecer y desarrollarse con noble corazón, respetuosos, responsables, comprometidos, familiares, brinda satisfacción y revela que la cosecha de los valores que se sembraron ha generado buenos frutos.
Un padre exitoso no es el que más riqueza material les da a sus hijos, es aquel que está presente para apoyar, enseñar, cuidar, proteger, ser ejemplo e inspirar a su prole.
Es el que predica con el ejemplo la buena escucha, la comunicación asertiva, el que establece límites claros en el marco de una crianza respetuosa, el que guía con los mejores consejos y el que anima ante la adversidad.
Es aquel capaz de reconocer que también ha cometido errores y que expresar sus sentimientos no le hace perder su masculinidad, sino ser ejemplo de resiliencia para seguir construyendo una mejor familia.
Un padre exitoso es el que acepta los talentos de sus hijos y hace todo lo que esté a su alcance para estimularlos a desarrollarse, sin imponer su voluntad personal.
Un papá triunfador no es aquel al que le temen contarle por lo que está pasando, sino el que es capaz de observar que algo no anda bien y busca el momento y el espacio adecuado para dialogar y aconsejar a sus vástagos.
No se es más papá por el número de hijos que traigas al mundo, sino por la calidad de tiempo que les proporcionas a cada uno para sentirse amado, respetado y protegido.
En definitiva, los padres, al igual que las madres, han de lograr con mucha inteligencia emocional los necesarios espacios de armonía y bienestar al interior de sus familias.
Nuestras felicitaciones adelantadas para todos los padres exitosos, recordando a los que han partido a una mejor vida y dejaron un extraordinario legado, instándoles a cuidar con esmero a los que tenemos la dicha de disfrutar aún de su compañía, lo cual nos proporciona mucha paz.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia
@Yanira_Fondeur