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Película apostólica recomendada: «Soul Surfer» (2011)
«Soul Surfer» es una esperanzadora película basada en un hecho real de la vida de Bethany Hamilton, una destacada surfista cuya carrera se vio interrumpida por un accidente: mientras practicaba este deporte fue atacada por un tiburón, perdiendo un brazo. Tenía en aquel momento 13 años. La trama de la película no gira, pues, sobra una historia de ficción, sino sobre el testimonio real de una joven –casi una niña– que supo encontrar en un hecho al parecer desafortunado un nuevo horizonte para su vida.
La película, en primer lugar, nos presenta a la familia de Bethany. Es una familia cristiana, que reza y celebra la fe. Se percibe con gran fuerza la unidad entre cada uno de sus miembros, incluso a pesar de las mismas tensiones que significará el accidente de Bethany. Dios no aparece en ellos como un accesorio o una formalidad, sino como fundamento real para la vida cotidiana.
Sin duda el punto de quiebre en la vida de Bethany será la pérdida de su brazo izquierdo. No deja de ser interesante como el éxito profesional empezaba a significar para la joven surfista sacrificar otras cosas que eran también importantes, como el trabajo social en el que se hallaba comprometida. El accidente cambiará su perspectiva, y la llevará a valorar con mayor justicia lo que es realmente importante en la vida.
La pregunta de fondo que se hace Bethany, con comprensible angustia, señala quizás el núcleo de la trama: «¿Cómo puede ser éste el Plan de Dios para mí? ¡No lo entiendo!». La pregunta revela, en primer lugar, la intención –no siempre fácil– de iluminar la vida desde una visión sobrenatural. El desconcierto y la desazón, cercana a la desesperanza, será hasta cierto punto comprensible en Bethany.
La pregunta da paso también a otro tema fundamental de la película, que es el de cuestionarnos acerca de la perspectiva que tenemos de nuestra vida y cómo a veces, tan inmersos en lo cotidiano, podemos perder de vista lo esencial. Cuántas veces necesitamos salir de lo que estamos acostumbrados, o de la rutina en la que nos sentimos seguros, para descubrir que hemos perdido de vista lo más importante. Como «Soul Surfer» expresa de modo tan fuerte, el accidente de Bethany fue ocasión para examinar su vida desde una perspectiva más amplia, y desde este panorama –que no es sino un esfuerzo por ver las cosas con los ojos de Dios– volver a considerar lo que da un auténtico valor a los hechos cotidianos de nuestra vida.
De modo muy interesante la experiencia de quiebre en la vida de Bethany empieza con el ataque al tiburón, pero concluye en un viaje de misiones a Tailandia, donde pudo ayudar a las víctimas del trágico tsunami ocurrido en el 2004. En la entrega a los demás, en la ayuda a aquellos mucho menos afortunados, la joven surfista vivió la gran alegría de la entrega a los demás, y descubrió un horizonte de vida más elevado, y además alcanzable para toda persona, aun aquella limitada físicamente. El amor y la entrega, y lo que significará para muchos su ejemplo de lucha y esperanza, marcarán un nuevo sendero en su existencia. Como reflexionará luego de toda esta experiencia, fue capaz, con un solo brazo, de abrazar a más personas de las que había podido hacerlo con dos.
Dios actúa de modo misterioso, concluirá la protagonista, testimoniando con su vida que, abiertos a El, no solo podemos encontrar sentido a muchos de los acontecimientos difíciles de la vida, sino además ser ocasión de que fructifiquen en dones para quienes nos rodean. No fue una tarea fácil para Bethany, y el esfuerzo y dedicación con que se recupera cuestiona el espíritu burgués de nuestro tiempo, tantas veces adormecido por la comodidad y la búsqueda de placeres.
Quizás el mejor resumen de la película es el que hace la propia Bethany Hamilton acerca de su vida:
«Para mí saber que Dios me ama y que tiene un plan para mi vida, que ningún tiburón puede arrebatar, ni resultado alguno en una competencia puede sacudir, es como sostenerse en roca firme. A cualquiera le puede suceder algo malo. Así es la vida. Este es mi consejo: no pongas toda tu esperanza y tu fe en algo que puede desaparecer inesperada o fácilmente. Honestamente, casi todo lo es. El único que nunca te abandonará, que nunca te fallará, es Dios y tu fe en El. Todo lo que puedo decir es que El me da verdaderamente un fuerte fundamento para todo lo que hago en la vida».
«Soul Surfer» es una hermosa e inspiradora película, que recuerda todo lo que se puede lograr cuando abrimos nuestra vida a Dios y procuramos responder a su Plan, confiando en El sobre todo cuando más oscuro vemos el camino. Es también un gran homenaje a la familia unida y fundada en Dios, pues nadie está llamado a caminar solo mientras peregrina por la tierra.
Fuente: catholic-link.com