Por el legado de mejores ejemplos de vida
Yanira Fondeur
Promoviendo la Paz
La vida es cúmulo de conocimientos, experiencias, ejemplos, aprendizajes y actitudes que van forjando nuestro carácter y que unido al temperamento hereditario nos convierte en personas únicas y especiales.
Si tenemos la conciencia de que sólo tenemos seguro en esta vida el presente, ya que estamos de paso y desconocemos cuando será nuestra partida física ¿Por qué no brindar en nuestros entornos el mejor ejemplo, que constituya un legado por el cual nos puedan recordar?
Abordo el tema a partir de los últimos escándalos en las redes sociales sobre acciones relacionadas al abuso infantil, las cuales han consternado a una buena parte de la población, por utilizarlos en bailes sexuales en franca violación a Ley 136-03, que crea el Sistema de Protección y Derechos Fundamentales de los niños, niñas y adolescentes.
Bien sabemos que, los niños y las niñas son esponjas que absorben y aprenden más por las acciones que observan que por lo que se les pueda decir.
En ese sentido, cuando una madre, un padre o un artista a quien admiran no les brindan el ejemplo adecuado, los convierte en seres vulnerables que pudieran terminar en ser violentados en sus derechos.
Es por ello que, exhorto a que reflexionemos sobre los siguientes cuestionamientos:
¿Cómo podemos pretender que nuestros niños y niñas cuiden de su cuerpo, si lo incitamos a exponerlos en las redes sociales, más aún en estos tiempos en que cualquier acción puede convertirse en viral?
En ese sentido recuerdo a mi madre, que en paz descanse, que nos decía “Su cuerpo es su templo”, exhortándonos a mis hermanas y mi a cuidarlo, por lo que me impactó cuando tenía unos 10 años ver a unos vecinitos desnudos frente a su hogar en castigo impuesto por sus padres, acción totalmente intolerante y violatoria de los derechos humanos.
¿Cómo es posible que nuestro país siga siendo una de las naciones con mayores cifras de matrimonio infantil? En lugar de promover en las jóvenes el estudio, sus desarrollos y superación personal, no siendo vistas como objeto de propiedad de alguien que en muchos casos les duplica sus edades.
¿Cómo pretender que nuestros descendientes resuelvan sus conflictos de manera pacífica, si como adultos no sabemos manejar nuestras emociones, controlar la ira y actuar con respeto?
¿Cómo queremos que no hablen mentiras y sean personas honestas, si nos escuchan mentirles a parientes y relacionados, no predicando con el mejor de los ejemplos?
Debemos recordar que, nuestro accionar diario les va marcando pautas que quedaran en la mochila de su aprendizaje y cada quien utilizará sus recursos emocionales para el desarrollo de su vida.
No se trata de preparar en demasía el camino para los infantes, sino de formarlos en educación de valores, que les permita manejar el camino que les corresponde transitar y que en nuestra consciencia nos quede la satisfacción de que les dejamos como legado el mejor ejemplo de vida.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia.
@Yanira_Fondeur