Por favor dejen los semáforos
Iranna Flaviá Luciano
Pienso y Escribo
Todo aquel que tiene más de 10 años manejando, sabe a lo que me refiero cuando digo que el tránsito en la actualidad es un real caos.
Yéndome más cerca para los que no tienen tanto conduciendo, diría que el tránsito era uno antes de la pandemia, y otro después de la pandemia.
Queridos lectores, es increíble que para movilizarnos en la ciudad hay que salir con hasta 1 hora y media de anticipación, para así quedar bien y llegar a tiempo, si es posible.
Y qué decir de la nueva modalidad para dirigir la circulación vehicular en donde en la mayoría de las esquinas de las principales avenidas se encuentra un DIGESETT, y me pregunto ¿Cuál es la finalidad de esto?
Si buscamos los principales usos de los semáforos, y su importancia, nos encontramos con que aparte de ser uno de los dispositivos más importantes de regulación del tránsito, aportan un orden en la vía, y nos habla de los tiempos.
Nos hablan también de la seguridad, porque nos permiten diferenciar cuando no es confiable cruzar y cuando sí, conceden preferencia a los peatones, lo que mantiene la seguridad vial, lo que genera menos accidentes.
Vivimos en una época donde la tecnología juega un rol muy importante a favor de los humanos, haciendo operaciones más efectivas y con menos margen de error.
Cuando un humano sin ser necesario pasa a dirigir el tránsito en horas picos se crea un desorden, porque no maneja el tiempo para uno u otro lado de la vía, creando así los famosos tapones.
He visto en mi experiencia cuando son los semáforos los que funcionan que el movimiento vehicular es más fluido.
No es que el tránsito no se detenga, no, sino que así como los parques de Disney aunque las filas sean largas, no dejan de caminar.
Si a todo esto le sumamos las imprudencias en la vía, sería evidente visualizar vehículos que le guardan cero respeto a otro ciudadano tirándole el carro encima, peatones que no saben por dónde caminar lo que genera problemas.
Personas que toman las aceras como si fueran calles para transitar, en fin un sinnúmero de faltas que realmente deberían de ser sancionadas más allá de los carros privados.
Pienso y Escribo: Semáforos e inteligencia directamente proporcional.