La Bienal Internacional de Arquitectura y Urbanismo de República Dominicana premia la
Prevención del Bullying iniciando el año escolar
Promoviendo la Paz
Yanira Fondeur
Para los docentes, el inicio del nuevo año escolar siempre representa renovación, un nuevo comienzo, de esperanzas, metas, vocación de servicio, sentido de compromiso, y sobre todo, el reto de poder identificar, enfrentar y solucionar los conflictos, entre los cuales están los casos de acoso escolar o bullying.
Por esto, se hace necesario que tanto los familiares como el profesorado se preparen para enfrentar los malos tratos que se ejercen entre estudiantes, en forma constante y ascendente, mediante burlas, insultos, intimidación, amenazas o agresiones físicas, que suelen marcar nefastamente la vida de los mismos.
Recordemos que palabra bullying proviene del inglés «bully», que significa matón o agresor y fue descrita por vez primera en la década de los 70, por el psicólogo sueco Dan Olweus Ake, experto en un programa de prevención de abuso escolar que contiene cuatro reglas que deben obedecer el alumnado: 1) No abusar o intimidar a otros. 2) Ayudar al estudiante que es intimidado. 3) Incluir a los estudiantes que sean excluidos; y 4) informar a un adulto en el centro escolar o en la casa sobre la situación de abuso.
Cabe establecer que las causas de las agresiones responden por lo general al antecedente o normalización de conducta violenta mantenida en su entorno familiar.
Normalmente las víctimas suelen ser estudiantes que manifiestan conducta tímida, insegura e introvertida, sensibles, frágiles, sobreprotegidos en el hogar, o con características físicas que les diferencien del resto, como alguna discapacidad, trastornos del lenguaje o pertenecen a un grupo religioso o cultural minoritario y no cuentan con herramientas emocionales para enfrentar a quienes les acosa.
En cambio, los agresores por lo general asumen el rol de líderes de grupo, buscan apoyo y reconocimiento de amigos para ejercer su poder, suelen tener personalidad irritable, indisciplinados, impulsivos, bajo autocontrol, ausencia de empatía, antecedentes de violencia intrafamiliar, poco interés por el colegio y bajas notas.
De su lado, los observadores actúan como colaboradores de las agresiones, por un lado asumiendo una actitud pasiva e indiferente y por otro, prestándose para grabar la acción, sin denunciarlo a docentes o padres, justificando su actitud por el miedo de convertirse en una próxima víctima.
Debemos tener en cuenta los cambios en la conducta de los niños, niñas o adolescentes, sus manifestaciones, como aislamiento, rechazo a continuar asistiendo al centro, falta de apetito, ansiedad o sueño, motivos por los cuales inmediatamente debe buscarse ayuda psicológica.
En definitiva, en este nuevo año escolar es tiempo oportuno de todos y todas de identificar como estrategia la erradicación de la violencia, a través de la educación en valores para así lograr y mantener una convivencia armónica y pacífica.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia.