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Promovemos paz cuando defendemos los derechos humanos
Yanira Fondeur
Promoviendo la paz
El próximo jueves 10 de diciembre se cumplirán 72 años de que 56 miembros de las Naciones Unidas aprobaron en asamblea, en 1948, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, proclamando un ideal común para todas las naciones.
Bien sabemos que, constituye un acto de justicia reconocer y proteger los derechos humanos, los cuales constituyen la base de los objetivos de Desarrollo Sostenible para lograr la convivencia en paz, equidad, justicia y armonía.
Es por ello que, la conmemoración de esta importante fecha, en un año tan especial por las consecuencias funestas de la pandemia Covid-19, es motivo de reflexión sobre la importancia que tienen los derechos en la construcción de un mundo interconectado que demanda de solidaridad.
En principio, debemos asumir que si deseamos una sociedad fundamentada en el orden, control y equilibrio de la dignidad que deben gozar cada ser humano desde su nacimiento, resulta innegable el deber de todos/as respetar la igualdad de derechos y defenderlos en cualquier circunstancia.
En consecuencia, el respeto a los derechos humanos debe iniciar en cada hogar, sin importar la edad, el sexo, el color, la religión ni la posición política o social de la familia, debe ser un credo a respetarse entre los integrantes de la familia y los que conviven con ellos.
Con la pandemia hemos comprobado que aún quedan muchas deudas pendientes de superar en casi todas las nacionales, como son las discriminaciones, exclusiones y desigualdades, palpables en múltiples manifestaciones cotidianas, muchas de las cuales pasan desapercibidas.
Ante esta realidad, como ciudadanos/as responsables estamos llamados a emprender acciones prácticas e inspiradoras que puedan multiplicarse en beneficio de contar con mejores sociedades y evidentemente familias empoderadas del cumplimiento y respeto de nuestros derechos y deberes.
El compromiso ha de asumirse individualmente y practicarse con el ejemplo desde el seno del hogar, recordando que como progenitores somos los responsables de transmitir los valores a nuestros descendientes desde la primera infancia.
Otra lección de derechos humanos que podemos enseñar a nuestro hijos e hijas es el deber de enmendar conductas o actuaciones cuando reconocemos que nos hemos equivocados, en razón de que somos seres imperfectos.
Respetamos también los derechos humanos en casa cuando sabemos escuchar, disciplinamos con amor, tratamos con igualdad, evitando caer en autoridad y abuso, así como cuando mantenemos una actitud de compresión y solidaridad con todos los miembros.
La responsabilidad individual debe acatarse sin desmedro de la función esencial que la Constitución de la República confiere al Estado acerca de la protección efectiva de los derechos de la persona, el respeto de su dignidad y la obtención de los medios que le permitan perfeccionarse de forma igualitaria, equitativa y progresiva.
En definitiva queremos exhortar a que cada quien asuma la responsabilidad de propiciar y defender acciones y conductas de respeto a los derechos humanos, para así promover la sociedad pacífica que todas y todos deseamos.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia
@Yanira_Fondeur