Qué esperar mientras se espera
Iranna Flaviá Luciano
Pienso y Luego Escribo
Estamos en tiempos un tanto complicados, incomprensibles, todavía en inicio de la adaptación a los nuevos tiempos, y solo observando como se sigue moviendo el mundo.
En su agitado rotar y trasladarse, todos en casi cuatro meses desde que comenzó la tierra a cambiar solo hemos sido espectadores de como las piezas de un gran rompecabezas han comenzado a formarse en uno nuevo y desconocido.
Todavía permanecemos en cuarentena aunque sea parcial, puesto que estamos condicionados a un toque de queda que aún no culmina, pero aun así nada ha vuelto a la normalidad, se ven las calles abarrotadas de carros, pero los rostros de las personas no son los mismos.
No se nota ni la vibra ni el ambiente igual que como estaba antes, pues hay mucha desilusión, personas preocupadas, algunas con problemas de salud por el mal que nos acecha, y a la espera de una vacuna que no llega.
Se están abriendo las fases, aún estamos en la 2, que no pasamos a la 3, por el rebrote del virus, y hasta un pico que hemos alcanzado como antes no.
Muchas personas están pensando en su futuro, lo que ocasiona un cuadro ansioso, en medio de un panorama que no sabemos como va a seguir cambiando aún más en los próximos meses.
Miedo a perder los empleos, miedo a que quiebren los negocios por no poder cubrir los gastos mensuales, personas que no quieren exponerse no importa la desescalada, porque le temen a contagiarse.
El punto en común es que todos estamos en un tiempo de espera, donde se espera.
Cargados de esperanza muchos no hacen más que orar, tener a Dios en su boca, en sus corazones, pidiendo que todo cambie, pero que evolucione para mejor.
Suena difícil adaptarse en un medio donde solo se tenía que tener un vehículo a disposición, y vámonos para cualquier parte que sea.
A tener que contar con una mascarilla, en ocasiones si lo amerita unos guantes, a una distancia que enfría relaciones, y cero vida social por el momento en las calles.
Vería este momento como la madre que espera cuando nazca el niño, ante aquello que anhela ver crecer, mantener y disfrutar de aquello que creó.
Necesariamente e interiormente tenemos que llenarnos de positivismo, aunque sea a media cara brindar paz y alegría a los que nos rodean.
Siempre he pensando en las lecciones de lo que ocurre en la actualidad, cómo nos hace mejores?
Mejores porque hemos aprendido a estar más en familia, a disfrutar de una buena radio, televisión, de un buen libro.
A valorar una buena conversación, a ver las nubes aunque sea cubiertas del polvo de Sahara, a aprender a hacer recetas.
A valorar a quien está contigo en todos los momentos, a saber con quien ser incondicional y con quien no. El valor de una palabra, de un silencio, de un sí y de un no, y de un tal vez.
A estar lejos para estar cerca, y a saber que todo lo que comienza un día termina, que nada es para siempre, y que habrán tiempos mejores.
Pienso y Luego Escribo: Todos esperamos mientras esperamos tiempos mejores, así como cuando nos inspiramos y escuchamos canciones como la de Louis Armstrong What a wonderful world y admiramos lo bello del mundo. Letra traducida y video más abajo.
Letra en español de la canción de Louis Armstrong, What a wonderful world (letra traducida)
Veo árboles de color verde,
también rosas rojas.
Las veo florecer,
para ti y para mí.
Y pienso para mí…
qué mundo tan maravilloso.
Veo cielos de color azul,
y nubes de color blanco.
El brillante bendecido día,
la oscura sagrada noche,
y pienso para mí…
qué mundo tan maravilloso.
Los colores del arco iris,
tan hermosos en el cielo,
están también en las caras de la gente que pasa.
Veo a amigos estrechándose las manos,
diciendo «¿qué tal estás?.
En realidad, están diciendo «te quiero».
Oigo a niños llorar,
los veo crecer,
aprenderán mucho más
que lo que yo nunca sabré,
y pienso para mí…
qué mundo tan maravilloso.
Sí, pienso para mí…
qué mundo tan maravilloso.
Louis Armstrong – Qué mundo tan maravilloso