¿Qué nos pasa, sociedad? ¿Hemos perdido el rumbo?
Alliett Ortega
Desde mi Perspectiva
Esta semana, en «Desde mi Perspectiva», y retomando mis reflexiones con ustedes, quiero que hablemos de algo que debe llamarnos a ocuparnos y preocuparnos al mismo tiempo, y lo cito como un llamado: y es ¿Qué nos pasa, sociedad? ¿Hemos perdido el rumbo? Y es que nos encontramos en una vorágine de violencia sin precedentes en nuestra historia.
Dónde quedó el diálogo, el respeto, el reconocimiento del error propio, el pedido de disculpas. La búsqueda de un consenso, de llegar a un punto en común, de respetar las ideas contrarias. No puede ser que todo quiera solucionarse a los gritos, palos, tiros, golpes, sin escuchar a nadie, sin respetar el derecho a disentir de las personas. ¿Qué les demostramos a nuestros hijos? ¿Dónde está el respeto por la autoridad? ¡Esto está todo mal! La verdad no entiendo lo que pasa, y es que se ha perdido la responsabilidad que debemos – como adultos que somos – de hacernos responsables de nuestros actos. Si cometimos un error, ofrecer disculpas y bancarnos la sanción. Y es que las reglas son para cumplirlas en todos los órdenes de nuestra vida.
Desde mi Perspectiva nos encontramos en una enorme crisis sistémica, si insisto el sistema está en crisis, en lo económico, político, familiar, nuestros valores de referencia, nuestros patrones de comportamiento y de justicia están siendo afectados por una pandemia social de antivalores. Como madre y ciudadana estoy consternada con la sociedad que nos depara el futuro, hoy más que nadie se hace más necesario que hablemos con nuestros hijos, que entiendan que somos todos diferentes, que tenemos gustos y opiniones diferentes, y que no se debe acallar por la fuerza al que piensa distinto. Porque el que piensa distinto no es el enemigo, es otra opinión que puede ser constructiva, otro punto de vista ni malo ni bueno, diferente.
Me duelen los hechos de violencia escolar de los últimos meses, pero más me preocupa que los padres de los violentos justifiquen las terribles acciones de los menores, y los aúpen a ella. Pero lo más grave aún es que parece que los que pueden y tienen que dar el ejemplo miran para otro lado. ¿Qué creen, que son seres superiores, que están en un olimpo elevado de la sociedad? Por favor, demuestren que como país tenemos un problema, y empiecen a ejercer su responsabilidad, normar, legislar y redireccionar nuestro país hacia un futuro mejor, ordenado, equitativo, inclusivo de verdad. Las noticias, día a día, golpean fuerte nuestro sentimiento. Y a todo eso me pregunto si ¿Es que debemos despedirnos de nuestros valores? Valores en que crecimos con nuestros padres, abuelos y ancestros, valores que tanto nos caracterizan como dominicanos.
Nos han dividido como sociedad haciendo creer que la culpa es de los que tienen. ¿Es que es pecado haber construido un hogar con sacrificio, trabajo y esfuerzo como lo han venido haciendo nuestros padres? Lamentablemente es lo que se va inculcando a la sociedad. Creo que como sociedad debemos preguntarnos si queremos seguir este modelo y en un futuro muy cercano convertirnos en el fiel reflejo de países que sufren este azote en la región.
Mientras tanto, estamos en alarma, cuyo origen etimológico es “a las armas”. De momento, nuestras armas para luchar son la serenidad, la solidaridad, y la esperanza. Debemos de volver a educar en valores, porque hay una premisa que hemos eludido y es que la psicología crea la economía, o, dicho de otro modo, la calidad del alma crea la calidad de la materia, queremos un mejor país, entonces trabajemos en nuestra gente, queremos una economía justa y sana, eduquemos entonces a nuestros ciudadanos. Recordemos como ha dicho Alvin Toffler, fallecido en el año 2016, en una cita: “Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer o escribir, sino aquellos que no puedan aprender, desaprender y reaprender”.
Desde mi perspectiva no es solo preguntarnos ¿Qué país dejaremos a nuestros hijos?, Sino también ¿Que hijos dejaremos en este país??, que estamos formando desde el hogar y desde la escuela, y es que para responder esto debemos de reflexionar profundamente en que estamos haciendo cada uno de nosotros para evitarlo, principios, consciencia, trabajo, ética, carácter, compromiso y responsabilidad parte de los valores que nos ayudarán a reencontrar el camino. Y es “Que el Ser humano siembra un pensamiento y recoge una acción. Siembra una acción y recoge un hábito, siembra un hábito y recoge un carácter, siembra un carácter y recoge un destino. Paramahansa Yogananda. Hasta una próxima entrega.
Twitter: @Alliet