Renace la izquierda en Latinoamérica, ¿hacia dónde nos conducirá?
Manuel Díaz Aponte
El mapa político de América Latina apunta hacia una recomposición de poder en el cual, el centro izquierdismo y la izquierda liberal parecen volver a retomar los espacios que ocuparon décadas atrás. El triunfo en Chile del izquierdista Gabriel Boric, configura un nuevo escenario, donde Estados Unidos y China seguirán incidiendo preponderantemente.
Por igual, la victoria electoral de Xiomara Castro, del partido Libertad y Refundación (Libre) y esposa del expresidente Manuel Zelaya, al ganar las elecciones de Honduras, se convertirá en la primera mujer que arriba al poder en ese país centroamericano.
Su triunfo, además, pone fin a 12 años de gobierno conservador para abrir las compuertas del Estado a la izquierda hondureña por primera vez desde que Zelaya fuera depuesto por un golpe de Estado en 2009.
El presidente saliente Juan Orlando Hernández Alvarado (2014-2018) y (2018-2022) ha sido señalado por supuestos vínculos con el narcotráfico y hechos de corrupción, y hasta se cree que podría correr al finalizar su mandato, la misma suerte de su hermano, Juan Antonio Hernández Alvarado, condenado en una corte de Estados Unidos a cadena perpetua por traficar toneladas de drogas a territorio estadounidense.
La señora Castro, comprometida con el «socialismo democrático” y quien asumirá su mandato el 27 de enero(2022-2026), tras ser declarada ganadora de los comicios presidenciales en Honduras, sentenció que aplicará políticas para afrontar «la corrupción, el narcotráfico y los escuadrones de la muerte».
La pobreza impacta casi el 70% de sus 9,5 millones de habitantes, generando altos niveles de violencia que provocan la emigración masiva de hondureños principalmente hacia territorio de EE.UU.
El indiscutible dilema de la democracia latinoamericana es dar respuestas a demandas sociales expuestas por años, partiendo de la aplicación de controles, reorganización y pulcritud en el manejo de las finanzas públicas.
Generación de los “Millennials”
Gabriel Boric Font, joven diputado por la Región de Magallanes y de la Antártica Chilena, asumirá el gobierno el próximo 11 de marzo de 2022, al imponerse con un 55,84% contra el 44,14% de José Antonio Kast, candidato del Frente Social Cristiano.
Él representa a la juventud chilena que se batió en las calles de Santiago enarbolando los principios del Partido Comunista y arribará al Palacio de La Moneda gracias al apoyo de una coalición de organizaciones de izquierdas.
Le tocará asumir la responsabilidad de un gobierno más hacia la izquierda después de Salvador Allende (3 de noviembre de 1970 hasta el día de su derrocamiento y muerte el 11 de septiembre de 1973).
Boric Font, nació en Punta Arenas, en la Patagonia chilena y es descendiente de croatas y catalanes. Con 35 años de edad, se convertirá en el mandatario más joven en alcanzar las riendas del Estado en su país.
¿Y si Lula vuelve?
Sólo falta que el ex presidente Luiz Inácio Lula Da Silva (2003-2010), obtenga las elecciones presidenciales en Brasil, como pronostican los sondeos para que la izquierda resplandezca nuevamente en la América Morena.
Esos comicios fijados para noviembre del 2022 son de suma importancia porque tendrá de frente a dos gladiadores que simbolizan los extremos de la política moderna en nuestro Continente: la derecha y la izquierda.
Crisis sanitaria
Jair Bolsonaro actual mandatario brasileño que intenta reelegirse deberá “apretar bien el gatillo” con un discurso que logre empatía en el electorado, pero a juzgar por la mayoría de las encuestas todo indica que Lula volverá a pisar las alfombras rojas del hermoso Palacio Do Planalto, sede del gobierno en la capital, Brasilia.
La gestión de Bolsonaro tiene muchos críticos mayormente por el torpe manejo de la pandemia del coronavirus, que ha matado hasta el momento más de 620 mil ciudadanos y ha contagiado a 22.2 millones. Un sondeo del Instituto Datafolha y difundido por la agencia EFE dice que seis de cada diez brasileños no confían en «nada» de lo que dice el presidente suramericano.
Expone también, que un 53 % reprueba la gestión del líder ultraderechista, mientras que un 24 % la considera «regular» y un 22 % cree que es «buena». Entre las posibles causas de ese alto rechazo figuran la crisis económica y sanitaria provocada por la covid-19.
Destrucción de la Amazonia
Grupos ambientalistas le atribuyen, además, haber promovido la destrucción de la Amazonia, principal reserva natural y de especies silvestres en el planeta. Se estima que esa región ecológica ha sido diezmada en más de 4.000 kilómetros cuadrados en el mandato de Jair Bolsonaro.
En octubre pasado, científicos, organizaciones ambientales y expertos en derecho internacional, presentaron la sexta denuncia contra Bolsonaro ante el Tribunal Penal Internacional de La Haya. Allí, depositaron un informe de 300 páginas sobre los impactos negativos de las políticas anti ambientales de las actuales autoridades, avalado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), y que fue elaborado en agosto por un equipo de especialistas a la cabeza de la climatóloga Friederike Otto.
Advierten igualmente, que, de seguir ese cuadro en materia de deforestación, provocaría 180.000 muertes adicionales este siglo, por el aumento de las temperaturas en el mundo.
“El Gobierno de Jair Bolsonaro buscó sistemáticamente eliminar, mutilar y vaciar de contenido las leyes, organismos e individuos que protegían la Amazonía, ante lo cual lo consideran responsable de la pérdida de cerca de 4.000 kilómetros cuadrados de selva amazónica al año y aumentos mensuales de la tasa de deforestación de hasta el 88 por ciento, desde que asumió su cargo en 2019”, manifiesta el exhaustivo texto.
Los principales rotativos de Brasil coinciden en que ha sido la peor destrucción de la Amazonía en los últimos 15 años.
Política exterior
Otro factor adverso que pende sobre la cabeza de Bolsonaro es su ambigüedad y estilo de confrontación en la conducción de la política exterior, provocando cierto aislamiento de Brasil con la comunidad internacional, particularmente entre sus vecinos latinoamericanos.
Brasil, que tiene 213 millones 543 mil habitantes y 8.5 millones de km2 de extensión territorial, hace frontera con 10 países del Cono Sur, exceptuando a Chile y Ecuador. Posee también, un total de 16.885 kilómetros de línea fronteriza.
Si finalmente, en los comicios presidenciales de Colombia, fijados para el 29 de mayo de 2022, sale ganador el izquierdista Gustavo Petro, promovido por la coalición el “Pacto Histórico”, Latinoamérica estaría controlada por una significativa presencia de gobiernos de izquierda.
Petro, de acuerdo a diversas encuestadoras colombianas, aparece ganador en todos los escenarios posibles tanto en primera como en segunda vuelta; en el primer caso tiene un tope de intención de voto del 48,4 % y en la segunda vuelta de 68,3 %.
En una entrevista al diario colombiano El Tiempo el actual senador y aspirante presidencial Gustavo Petro dijo que no se considera de izquierda, “ya que el siglo XXI impone otras miradas ideológicas”.
Al profundizar sobre el tema, manifestó que:” Es que yo ya no divido la política entre izquierdas y derechas, como se hacía en el siglo XX. En ese momento yo era un joven de izquierda (…) La política en el siglo XXI está atravesada por otra inquietud diferente (…) Hay dos grandes campos que son la política de la vida y la de la muerte».
Petro, el hombre que busca reemplazar a Iván Duque en la Casa de Nariño expuso que él se definía «como de la política de la vida».
El autor es periodista y profesor de Comunicación.
Twitter: @ManuelDiazApon3