Reyes Magos hagan que el Gobierno declare unaurgencia nacional por los feminicidios
Yanira Fondeur
Promoviendo la paz
Con la celebración del día de los Santos Reyes Magos hoy concluimos las festividades navideñas y si en verdad ellos existiesen yo hubiese esperado con ansias la llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar para pedirle un único regalo: La fórmula posible que haga entender al Gobierno que, por los graves y numerosos casos de asesinatos de mujeres, estamos como nación ante una urgencia nacional.
Estaría dispuesta a buscar toda la yerba y agua que requieran sus camellos y las mentas verdes y cigarrillos que los Reyes Magos solicitasen, para que como sociedad nos regalaran la sabiduría de hacer entender a la población masculina machista que por el hecho de que una mujer se niegue a reconciliarse no les da el derecho de arrebatarles la vida.
Suplicaría a los Reyes sobre la receta eficaz para concienciar a nuestras autoridades a entender la necesaria urgencia de dedicar un mayor presupuesto para prevenir la violencia de género e intrafamiliar, para educar hacia una masculinidad que respete la pareja y no la considere un objeto que puede dominar y destruir cuando se le antoje.
Y es que no salimos del asombro de la cantidad de millones de pesos que se utilizan para publicidad en campaña política y de las excusas de que no hay suficiente presupuesto para instalar unidades de atención en todo el país, centros de intervención conductuales para hombres y centros para sobrevivientes de violencia, peor aún, la dirigencia política ni siquiera aprueba el proyecto de ley integral que contendrá la tipificación del feminicidio y asignará funciones a todas las instituciones para una eficaz política de prevención.
Mientras tanto, ciudadanas en plena edad productiva continúan siendo asesinadas casi a diario por sus parejas o ex parejas, cuyos huérfanos que superaron las cifras de 100 sólo el pasado año, hoy lloran no sólo su pérdida y en muchos casos la de su padre, sino que además no contaran ni con un juguete de consuelo en este día de los Reyes.
Insistimos que, debe entenderse que la gravedad de la violencia contra las mujeres no se limita sólo a los feminicidios, hay que contemplar el sub registro de todos los casos que se ejecutan cada vez con más saña y que no llegan a culminar en muerte o a denunciarse, casos en los cuales a pesar de la implementación hace dos años de un Plan Nacional contra la violencia de Género, el Ministerio Público no ha logrado disminuir las estadísticas.
Para muestra solo cabe recordar que, los meses de noviembre y diciembre, en que casi finaliza el año y suele reinar una alegría contagiosa por los encuentros amistosos y familiares en el marco de un ambiente de cariño y solidaridad, se convirtieron en épocas sangrientas cuando la violencia machista asesinó a 22 madres de familias dentro de su propio hogar.
Las estadísticas de los feminicidios no pueden verse como números o cifras frías, sino como vidas de mujeres con derechos y sueños que les fueron arrebatados en el nombre de un amor tóxico y controlador, las cuales por demás, deberían ser analizadas a profundidad para identificar las correctas políticas públicas.
A los 94 feminicidios registrados en el 2019, de cuales 76 fueron íntimos, se le suma la impotencia, indignación, tristeza y alarma que estremeció a la ciudadanía al informarnos del asesinato con saña de tres mujeres el primer día del presente año.
Y no bien ese impacto motivó que casi toda la prensa escrita de circulación nacional editorializara sobre la grave problemática y se publicasen artículos, entrevistas y pronunciamientos en programas televisivos y radiales sobre la violencia contras las mujeres, conocimos de un cuarto feminicidio el tercer día del año, lo que resultó otra estocada a los corazones sensibles.
Aunque somos adultos mantenemos un espíritu infantil dentro y nos despedimos con la esperanza de que la magia de los Reyes nos ayude a lograr una transformación cultural que haga posible el regalo de la paz en las familias, de sano amor y no agresión, que las autoridades reaccionen y no esperen más pérdidas de vidas productivas para entender que estamos ante una urgencia nacional que demanda de su urgente intervención.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia.
@Yanira_Fondeur