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San José: humildad y obediencia

Por Leonor Asilis
A lo largo de la historia de la Iglesia, San José brilla en santidad por su gran humildad, silencio y obediencia.
En su rol como esposo de la Virgen María y padre adoptivo de Jesús, San José demuestra un amor y una dedicación que trascienden lo ordinario.
Su vida, marcada por el silencio y la obediencia, nos ofrece un modelo de fe concreta y una invitación a vivir la espiritualidad del servicio callado, pero firme.
Desde su linaje davídico, José de Nazaret fue llamado a desempeñar un papel excepcional en el misterio de la encarnación. Aun enfrentando las dudas y el rechazo, su confianza en Dios le permitió actuar con valentía.
La decisión de no repudiar a María, a pesar de los riesgos sociales y culturales, revela su nobleza y su profunda integridad.
Es un recordatorio poderoso de que la verdadera fortaleza se manifiesta en la humildad y la misericordia.
Su vida está entrelazada con momentos de gran oscuridad y desafío, desde buscar un lugar para que María diera a luz, hasta huir a Egipto para proteger al niño Jesús.
Cada uno de estos episodios subraya el compromiso inquebrantable y la fe robusta de San José. No solo asumió el rol de protector de su familia, sino que su ejemplo nos llama hoy a todos a proteger y cuidar de los más vulnerables.
A pesar de su notable presencia en el hogar de Jesús y María, muchos de sus actos han quedado en el silencio de la historia. Sin embargo, su legado como patrón de los trabajadores y las familias ha quedado grabado en el corazón del pueblo cristiano. A través de su vida, San José nos enseña que el trabajo y la dedicación son actos sagrados que pueden conducirnos a una relación más profunda con Dios y con los demás.
Cada 19 de marzo, celebramos su festividad, recordando no solo su papel en la Sagrada Familia, sino también su influencia en la vida de tantos que encuentran en él a un intercesor.
En un mundo lleno de ruido y distracciones, el silencio de San José nos invita a un espacio de contemplación y oración, donde podemos reflexionar sobre nuestras propias vocaciones y el llamado a servir a los demás.
San José es venerado como el abogado que intercede en momentos de necesidad, especialmente en situaciones que requieren valentía y decisión. La historia nos muestra que su intercesión ha brindado consuelo y paz a innumerables fieles que han buscado su guía en momentos de crisis.
Finalmente, unámonos en oración para pedir la intercesión de este gran santo: “San José, protector de la Sagrada Familia, guía nuestras vidas con tu ejemplo de obediencia y amor. Ayúdanos a vivir en la fe y la confianza, buscando siempre cumplir la voluntad del Padre. Amén”.