Ser seres humanos: Única coincidencia
Apostilla del Diplomático
José Cáceres Veloz
Creo que hoy, más que nunca, los encargados de ejecutar la Diplomacia entre la República Dominicana y la República de Haití deberían de reunirse para poner muchos puntos sobre las íes y dejar de lado el terreno fértil a bandos, anti-haitianos del lado dominicano y de anti-dominicanos, del lado haitiano, para sigan sembrando odio y rencores.
No soy antihaitiano, no tengo motivos para serlo. Ahora, con orgullo soy dominicano.
Por años hemos visto como países potencias y naciones grandes defienden su soberanía y su política migratoria, con todo el derecho que le dan los Tratados Internacionales.
Eso mismo ha tratado de hacer- con todo su derecho- La República Dominicana. Aunque muchos desean pescar en «río revuelto».
La historia política desde el nacimiento de ambas nacionales, tienen puntos de coincidencia, aunque Haití logró primero su independencia, 40 años antes que la República Dominicana, por allá por el 1804.
Soy un ser humano. Por igual, asimismo son los haitianos, seres humanos.
Ahora, en el devenir de los tiempos, los dos pueblos han demostrado que tenemos profundas diferencias en el idioma, en la religión, en la educación, cultura, en la forma de relacionarnos, en la forma de actuar en sociedad, y otros aspectos más.
Mientras que no haya un «diálogo franco, abierto y sincero», entre las dos principales cabezas del Ejecutivo dominicano (Danilo Medina) y por Hait (Jovenal Moise), donde se pongan las cosas claras, se coloque y se reafirme en blanco y negro, los deberes y derechos, es posible que «el show» seguirá y podría agudizarse. Muchos buscarán pescar en río de vuelto, de parte y parte.
Algunos hablan de posible fusión de entre ambas Islas, con un supuesto apoyo de potencias extranjeras. Eso lo veo muy difícil, de lado y lado. Los haitianos aman su tierra y los dominicanos, ni hablar. Cada uno se siente bien en su terreno, aunque hayan precariedades y penurias. Su tierra es su tierra.
De una cosa estoy claro y es que mientras Haití este sumido en la más profunda pobreza, muchos nacionales de ese país buscarán la forma de cruzar a buscar mejor forma de vida para la República Dominicana, ya sea de manera legal o ilegal.
Esa frontera física de más de 340 kilómetros es el mejor caldo de cultivo para iniciar nuevos pasos de progreso, aunque sea en forma indebida.
El presidente Danilo Medina y su homólogo de Haití tienen que sentarse, hablar sobre la importancia de la soberanía de ambos pueblos, de que cada uno tiene su Constitución que los rige y que hay deberes y derechos que ninguna de las dos partes pueden violar.
Propongo que si tienen que dar un discurso junto, a la televisión nacional de cada país y al mundo- que lo hagan. Eso bajaría muchas tensiones de lado y lado. Así el mensaje llegaría bien claro, sin distorsiones.
La convivencia pacifica donde cada uno de los países y sus ciudadanos entiendan el rol que deben jugar en la Geopolítica de hoy día, es el mejor remedio para evitar una crisis más aguda.
El hambre busca comida.
Pero el desorden, a la inversa, llama al orden.