Siempre prudencia

Yanira Fondeur
Promoviendo la Paz

Actuar en forma precavida, sensata y discreta en todos los órdenes de la vida es un paso importante para mantener la convivencia pacífica con los demás.

No cabe dudas que estamos viviendo tiempos de apertura, renovación y fortalecimiento de la democracia, en el que cada quien tiene todo el derecho de expresar su parecer y de participar, sin embargo, hay quienes emiten sus consideraciones de manera irreflexiva e imprudente, agudizando conflictos a su alrededor que pudiesen solucionarse mostrando una actitud cautelosa.

Ser prudente es una cualidad o virtud que conlleva tener buena escucha, ser tolerante a los criterios contrario a los nuestros y actuar en forma sensata y respetuosa.

No podemos hablar de que contribuimos a la promoción de acciones pacíficas, si ante el criterio opuesto de los demás nos irritamos y emitimos juicios atrevidos y arriesgados que incitan a la violencia verbal o física.

Como seres humanos tenemos la capacidad de manejar nuestras emociones y analizar con comedimiento de qué persona vienen las palabras u hechos ofensivos y sus motivos, para entonces actuar con la mesura que nos caracteriza la adultez, de una manera razonable, con consciencia y moderación.

Hay quienes atribuyen al estrés social, laboral o familiar la irritación con que viven muchas personas,  pero debemos recordar que la ecuanimidad y sobre todo la prudencia deben ser fuente de paz no de guerra.

Ahora bien, también sabemos que, sólo podemos ofrecer con facilidad a los otros lo que llevamos por dentro, pero aun así, la vida nos ofrece cada día la oportunidad de reinventarnos y ofrecer lo mejor que podamos brindar, porque en definitiva cuando partimos de este mundo sólo dejamos  el sentir de cómo fue tu trato personal con los demás.

Y en ello no importan los títulos académicos o las posiciones que ocupara, sino la calidad humana que exhibimos en cada una de nuestras acciones.

En ese sentido la escritora, poeta y activista de los derechos civiles estadounidense Maya Angelou llegó a expresar: “La gente olvidará lo que dijiste, olvidará lo que hiciste, pero nunca olvidará cómo les hiciste sentir”.

La prudencia llama a evitar rencores, menosprecios, humillaciones, juicios irreflexivos y todo aquello que lesione al otro.

Pagar con la misma moneda a alguien que nos irrespete es igualarnos en falta de valores. En nuestra conducta siempre debe primar el respeto y con altura defender los derechos que entendemos ultrajados.

Reiteramos que promover acciones de paz no es una labor de un solo día, debe ser un compromiso diario de cada ciudadano y ciudadana que desea vivir en una sociedad justa y equilibrada.

La autora es la presidenta de la Fundación Vida sin Violencia.

@Yanira_Fondeur