Sinceridad
Pienso y Luego Escribo
Iranna Flaviá Luciano
No hay cosa más grande en la vida de un ser humano que decir y hacer con gestos algo, y que los hechos demuestren otra cosa.
Vivimos en un mundo complejo donde los seres humanos inevitablemente tienen que vivir en sociedad.
Estar en manadas es parte de la dinámica del día a día, que se desarrolla en un sentido figurado en las personas.
Para poder pertenecer a determinado grupo se buscan las similitudes, pero sobre todo se busca la confianza.
Creer en las personas es el pilar para poder desarrollar la empatía, es el medio mediante el cual tenemos la certeza de que podemos comunicar nuestros pensamientos sin ser cuestionados.
Abrirse interiormente ante los demás es decir estoy en libertad con determinada persona, lejos de sugestiones, más eso conlleva de un proceso.
Primero conocer a esa persona, identificarla, tratarla, observar sus actuaciones, que el tiempo dé la última palabra, hasta que llega la etapa de depuración.
La etapa de depuración es la más compleja, porque en ella aunque no hay relaciones perfectas, hace falta valorar lo más importante de cada cual, y hasta qué punto vale la pena seguir con esa amistad.
En la depuración también está la parte de evaluar la sinceridad, que es con la que identificamos cuando las personas nos han dicho por nuestro bien las cosas y de frente.
La honestidad con nosotros mismos es lo básico para poder desarrollar amistades con los demás, no podemos exigir en los otros algo que no podemos tener con nosotros mismos.
Encontrar personas sinceras en el mundo es un gran tesoro, que cuando lo tenemos debemos de preservar, es parte de llevar una buena armonía con nosotros mismos.
Más las personas sinceras no se salen a buscar, Dios se encarga de ponerlas en el camino en determinado momento para valorar la vida y ver lo bella que es.
Pienso y Luego escribo: Por algo dice la canción sinceridad, palabra pequeña que tiene gran peso en la eternidad.