¿Son las personas despistadas más inteligentes?
Un estudio sugiere que los olvidadizos tienen alta capacidad para deshacerse de lo insignificante
Quizás te suene la frase “Un día vas a perder la cabeza”. Si te identificas con ello, tranquila, esto nunca va a ocurrir: ni literalmente, ni metafóricamente. Porque, aunque no han sido nunca bien vistos los despistes -dejarse la bufanda en un baño, el paraguas en la oficina, el móvil en casa o cosas un poco más “graves” como olvidar el cumpleaños de tu madre, u olvidarte de una cita importante-, un reciente estudio asegura que ser olvidadiza o despistada no es algo malo, más bien al contrario, es un signo de alta inteligencia.
En la investigación, llevada a cabo por expertos de la Universidad de Toronto, se centraron en los mecanismos del cerebro involucrados en el olvido o, lo que se denomina transitoriedad, uno de los pocos estudios que se han basado en esta parte de la memoria, ya que hasta ahora siempre se habían centrado en el almacenamiento de información, y la conclusión ha sido que las personas despistadas u olvidadizas, no es que lo sean en realidad, sino que tienen la alta capacidad de deshacerse de lo insignificante, y retienen lo que es relevante, lo que al final les permite tomar las decisiones importantes.
Un proceso atencional diferente al habitual
Al parecer, las personas despistadas no es que tengan un coeficiente intelectual superior a la media, sino que más bien se rigen mucho más por aquello que les motiva o interesa.
Para Ana Ruiz, neuropsicóloga clínica forense, las personas llamadas “olvidadizas”, suelen responder más a patrones de personas con un proceso en la atención diferente al habitual. “Obviamente están más centrados en lo que les motiva e interesa – como habitualmente todo el mundo hace- pero en ocasiones algo rígidos para en integrar información que no les es atractiva”, comenta.
Sin embargo, Ruiz asegura que estos rasgos no tienen que ver del todo con la inteligencia en general. “El cerebro no necesita “borrar datos” para aprender otros, pero sí seleccionar y ordenar la entrada de esos datos. La memoria es un proceso activo, y en él, son claves los procesos atencionales, los intereses, las necesidades, etcétera, una vez que todos los datos son almacenados y organizados, sí que interviene la selección”, añade.
Blake Richards, uno de los pioneros de la investigación asegura que, en un mundo en cambio constante, la información se queda rápidamente antigua y obsoleta, por lo que no es importante recordarla. “Aquí, entra en juego el concepto conocido como regularización. Este proceso trabajaría de una forma similar a los ordenadores, acumulando grandes cantidades de datos para a partir de estas, hacer generalizaciones, y para conseguir esto es necesario que se olviden ciertos detalles para priorizar la información esencial que es la que nos llevará a estas conclusiones generales”, explica
Frente a esto, Ana Ruiz refuerza la idea de que las personas despistadas seleccionan los aspectos relevantes de los que no lo son. “Las personas olvidadizas tienden a la atención selectiva, un proceso atencional clave en los recuerdos posteriores”, agrega.
Ser despistado tiene mucho que ver con la personalidad
Si bien es cierto que desechar el “ruido” para centrarse en la “música” o en lo importante demuestra inteligencia, no en todos los casos ser despistado supone ser siempre inteligente. A este respecto, la psiquiatra Cristina Hernández, asegura que puedes tener un coeficiente intelectual alto, pero luego tener muy poco rendimiento de esa inteligencia.
“Un pianista que en medio de una orquesta, entra alguien tarde y no se despista, utiliza su inteligencia con un alto rendimiento, pero si hay un incendio y el pianista continua tocando, su acto no dice mucho, ni de su inteligencia, ni de su capacidad de adaptación”, explica.
La experta alega que ser despistado tiene mucho que ver con la personalidad. “Por ejemplo la gente con rasgos obsesivos, son muy rígidos, y son incapaces de flexibilizar a los estímulos a los que hacen caso o no.
También hay gente que es más despistada porque es muy impulsiva, y toma más direcciones contrarias porque tampoco son adaptativos, y estos rasgos son propios del carácter de una persona, que no tienen nada que ver con la inteligencia, concluye.
Las personas olvidadizas tienden a la atención selectiva
Fuente: La Vanguardia