Sugerencias para solucionar conflictos
Yanira Fondeur
Promoviendo la Paz
¿Deseas lograr la resolución pacífica de tus conflictos cotidianos de pareja, familiares o laborales? Lo primero a tener en cuenta es evitar generalizar los medios que utilizamos en nuestra defensa, como ocurre con el uso de las frases “Tú siempre” o “Tú nunca”.
Sabemos que no hay relaciones perfectas y que son normales las diferencias de criterios, pero estamos conscientes de que cada quien es responsable de las palabras que expresa y que las mismas tienen un gran poder.
Los adverbios “siempre y nunca” lejos de propiciar una solución pacífica de las diferencias, la empeoran y una muestra de esto ocurren frecuentemente en el diario vivir, con las expresiones: “Tú nunca me escuchas, nunca me prestas atención, nunca me saludas, nunca me das cariño, tú nunca me das la razón, nunca llegas a tiempo, nunca cambias”.
También es frecuente ante los desacuerdos expresar “Tú siempre actúas igual”, “Tú siempre tienes mucho trabajo”, “Tú siempre eres indiferente a todo”, “Tú siempre crees tener la razón” o “Tú siempre quieres que te complazcan en todo”.
Amables lectores, además de que los términos nunca y siempre obstaculizan la solución pacífica de los conflictos, generan discriminación y coloca en la defensiva a los demás.
Lo ideal es gestionar nuestras emociones y mantener una comunicación asertiva que nos permita dirimir las diferencias sin lastimar a otra persona.
Compartimos ejemplos que pueden utilizarse: “Me encantaría que prestaras atención cuando te hablo”, “Me sentirías muy feliz si al llegar me saludas con cariño”, “Llegar a tiempo habla muy bien de ti como profesional organizado/a”, “Tienes la capacidad de cambiar algunos comportamientos que serán para tu bien”, entre otros.
En lugar de incriminarle, lo correcto es actuar como promotores de cambio de comportamientos inadecuados, los cuales reparan el daño y descontinúan la violencia verbal, exclusión y separación.
Igual comportamiento debemos tener en las relaciones con nuestros hijos, quienes de seguro lograrán mejorar sus conductas a través del estímulo que les damos con frases positivas.
Descartemos utilizar con nuestros hijos e hijas estas frases: “Tú nunca arreglas tu cama” o “Tú siempre vives en el desorden”. Si como padres y madres queremos obtener cambios positivos en estos comportamientos, lo primero que debemos es ser modelos a seguir, arreglando nuestra cama y enseñándoles que mantener el orden redunda en calidad de vida.
Igual podemos poner en práctica la comunicación asertiva con nuestros empleados/as. En lugar de decirles “Tú nunca entiendes lo que se te pide”, podemos expresarles “Me gustaría que prestaras mucha atención a mi solicitud y que cualquier duda me la hagas saber”, mensaje que generará compromiso para que lo puedan hacer lo mejor posible.
En definitiva, recordemos que, convivir pacíficamente es una labor diaria, que requiere el compromiso de todos y todas.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia.
@Yanira_Fondeur