Todo en su justa medida

Pienso y Luego Escribo
Iranna Flaviá Luciano

Siempre he dicho que no hay una obra más maravillosa y perfecta que el mundo, todo fue creado, pensado, anticipado, proyectado en su máxima expresión.

Si nos detenemos a mirar a nuestro alrededor nos daremos cuenta de que hay mucha perfección, que sobre todo que Dios no se equivoca.

Cada objeto que el hombre crea, que es la mano de Dios en la tierra, cada elemento que existe en la naturaleza fue creado con un fin, y en sus justas proporciones.

Digo esto, porque así como fueron creadas todas las cosas del mundo, incluyendo el hombre, en un tamaño, espacio, y grado, así mismo debe de ser su uso y consumo en el mundo.

Las cantidades existen para hacerle entender a las personas lo saludable o perjudicial en lo que puede convertirse algo.

Es por esta razón que así como a un niño una de las primeras cosas que se le enseña en la vida es a conocer de límites, por su seguridad, bienestar, discriminación y salud, así tenemos que aprender a aplicar esos aspectos en la vida.

Todo lo que consumimos en exceso en la vida está llamado a hacernos daño, por el abuso o la sobreexposición.

Tanto así, que hasta el agua, uno de los elementos más nobles que existe, mejor tolerable para el organismo y con múltiples beneficios, hace daño si se toma en exceso.

Las vitaminas si nos las suplementamos sin necesitarlas crean el efecto contrario en la salud, y efectos secundarios indeseables por lo que no debemos usarlas bajo nuestro criterio, ni aun cuando pensamos que podríamos necesitarlas.

Los alimentos, tan necesarios para poder vivir, tanto que los disfrutamos, sin embargo un consumo fuera del límite de lo normal puede afectar seriamente la salud, tanto así que es el responsable de tantos casos de diabetes, obesidad y colesterol en el mundo.

Las emociones, que existen para demostrarle al ser humano que puede expresarse y de diferentes maneras, más las fuera de límite, desproporcionadas, frecuentes, pudieran indicar una patología.

Disfrutar todo lo bueno de la vida está llamado a consumirse con moderación, en sus límites, para poder seguir disfrutándolo a plenitud.

Pienso y Luego Escribo: Así como el sol, ni muy cerca que me  queme, ni muy lejos que me dé frío así estamos llamados en la  vida a consumir con moderación.

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