Un hombre llamado Franklin Mirabal: El gran ganador
Pienso y Luego Escribo
Iranna Flaviá Luciano
Soy liceista, más no fanática, siempre me ha llamado la atención el por qué a una persona le llama a tanta pasión un deporte, la política, una religión.
Mi esposo es un gran fanático Aguilucho, comienzan las temporadas, no se pierde un juego, más yo lo veo más a él que al juego, disfruto su pasión, su pálpito, ese que sale de adentro, que no son poses.
Muchas personas salen de yo no se donde a hablar de pelota, que pertenecen a tal equipo, y no conocen ni el mínimo de su historia, sus jugadores, sus coronas.
Hablando de Franklin Mirabal alguna vez he escuchado su programa de radio, y lo he visto en una ocasión cuando saludaba a mi esposo que es periodista en Adrian Tropical.
Esta temporada de pelota que creo es una de las que más ha movido pasiones, contó con un elemento que nadie puede obviar: Franklin Mirabal.
Amado, odiado, memeado, todo lo que se diga, que solo es animador, que no sabe de pelota, que solo acosó al equipo contrario, que se burló de el, pero logró su objetivo: Ser el gran ganador.
Muchos cuando perdió el Licey decían: Quisiera verle la cara a Franklin Mirabal, Franklin Mirabal por aquí, Franklin Mirabal por allá.
Señores, las Águilas lograron su victoria, que dicho sea de paso es bien merecida, jugaron fenomenal, y solo se hablaba de una cosa, Franklin Mirabal, pero qué es esto?
Escuché el programa de Jochy el Mismo el Golpe, cuando llamaron a Franklin Mirabal víspera del desenlace Licey y Águilas, y me gustó oír su historia, muchacho humilde que limpiaba zapatos y luego vendía periódicos, y hoy miren quien es.
Señores sigan hablando de Franklin Mirabal, que logró su objetivo: Que sus frases fueran una marca, más fama, por consiguiente se cotiza más, y que en el país el que no lo conocía lo conozca.
Pienso y Luego Escribo: A veces hay que perder para ganar.