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Un millón y medio de fieles asistieron a la vigilia de la Jornada Mundial de la Juventud con el papa Francisco en Lisboa
Un millón y medio de fieles asistieron el sábado en Lisboa a la vigilia de la 37ª Jornada Mundial de la Juventud, presidida por el papa Francisco. La cifra de asistentes fue facilitada por el Vaticano, citando una estimación de las autoridades portuguesas. Antes, el pontífice realizó una visita relámpago al santuario de Fátima.
Una marea humana de 1,5 millones de personas inundó Lisboa el sábado 5 de agosto para la vigilia de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) presidida por el papa Francisco.
El número de personas presentes en una inmensa explanada instalada para la ocasión a orillas del Tajo fue facilitado por el Vaticano, citando una estimación de las autoridades portuguesas.
Muchos peregrinos habían ido llegando a lo largo de la tarde bajo un sol abrasador, con bolsas a la espalda y sacos de dormir, preparándose para pasar la noche.
El papa hizo su aparición en el ‘Papamóvil’ poco después de las 19:00 GMT para esta vigilia de oración que se asemejaba a un festival gigante. Comenzó con canciones pop-rock cantadas por cientos de coristas y músicos en el colosal altar que domina el emplazamiento de este antiguo vertedero.
Los organizadores habían dicho que esperaban alrededor de un millón de personas para esta noche y la misa final del domingo por la mañana, culminación de una semana de actos festivos, culturales y espirituales que conforman el mayor encuentro católico internacional.
Entre tiendas de campaña, banderas de numerosos países e instalaciones sanitarias provisionales, los jóvenes peregrinos comenzaron a bailar en un ambiente festivo, rodeados de medidas de seguridad.
«Hemos venido a pie desde Barcelona, salimos hace 40 días… Es una peregrinación para ver al apa», declaró a la AFP Santi Salvador, español de 19 años, estudiante de comunicación audiovisual, tras recorrer 1.300 kilómetros.
Otro asistente, Tiago Carlos, un portugués de 30 años, aseguró que quería participar porque se trataba de un «gran acontecimiento» por lo que representa «los católicos con gente de diferentes culturas».
Visita relámpago al santuario de Fátima
El sábado por la mañana, 200.000 fieles ya se habían congregado en el santuario de Fátima, en el centro de Portugal, donde el papa realizó una visita relámpago de dos horas para rezar el rosario con jóvenes enfermos y discapacitados.
Contrariamente a lo previsto, el papa Francisco improvisó casi todo su primer discurso, sin leer su texto, y no pronunció el segundo. No mencionó el tema principal del que más se había especulado para esta etapa: la guerra en Ucrania y la búsqueda de la paz, del que ya había hablado el miércoles.
El papa ya había improvisado su discurso el viernes. El portavoz vaticano explicó a la AFP que el cambio se debió a «problemas de visión» causados por un reflejo en sus gafas, pero que el sábado había sido «una elección» del pontífice.
En Fátima, el líder espiritual de 1.300 millones de católicos reafirmó su mensaje a favor de una Iglesia abierta «a todos, sin exclusión». «La Iglesia no tiene puertas, para que todos puedan entrar», dijo.
A bordo de su ‘Papamóvil’, luego sentado en una silla de ruedas, Jorge Bergoglio disfrutó de un largo paseo con la multitud en la explanada que rodea la pequeña capilla que marca el lugar donde, según la tradición católica, la Virgen María se apareció a tres niños en 1917.
El papa apareció sonriente y bendijo a los fieles congregados a lo largo de las barreras. Después, sobrevoló la vasta explanada del santuario en helicóptero, en un cielo enrojecido y oscurecido por el humo y la ceniza de un incendio forestal a un centenar de kilómetros.
Ya había estado allí en 2017 para canonizar a dos de los pastores con motivo del centenario de las «apariciones».
Desde el inicio de su visita, la más larga de un papa a este país ibérico, ya ha tocado varios temas, entre ellos la ecología, las redes sociales, la guerra en Ucrania y la pederastia en el seno de la Iglesia.
El jueves y el viernes, hasta 800.000 fieles inundaron las calles de Lisboa antes de concentrarse en un parque con vistas al centro de la ciudad para darle una bienvenida de estrella de rock, según las autoridades.
Con AFP