Una pieza animada por el autismo
Se trata de un cortometraje dirigido por Juanjo Elordi y Mikel Urmeneta, el fundador de la firma Kukuxumusu, que parte de sus dibujos para sensibilizar, concienciar y educar sobre el autismo a través de la animación.
Una pieza animada, dirigida por el creador de Kukuxumusu y a la que ponen sus voces y dibujos niños con ese trastorno, busca su hueco en los festivales y sueña con el Goya
A Bulit, un torito de ocho años, se le ve preocupado. Ha hablado con la naturaleza y prevé que una catástrofe terrible impacte sobre su pueblo. ¿Logrará salvarlo de la crecida del río con la ayuda de su familia y amigos? Es el punto de partida de ‘Bulit: escucha a la naturaleza’, un cortometraje dirigido por Juanjo Elordi y Mikel Urmeneta, el fundador de la firma Kukuxumusu, que parte de sus dibujos para sensibilizar, concienciar y educar sobre el autismo a través de la animación.
El dibujante navarro llevaba años apoyando las causas de la Asociación Navarra de Autismo (ANA). «Cuando diagnosticaron a mi hijo Mario, fundé la asociación y contacté con él porque quería hacer una campaña de sensibilización potente, para que la gente supiera lo que es», cuenta Amaya Ariz, su presidenta. Y desde entonces Mikel siempre ha estado ahí.
«Él quería crear una figura que fuera el símbolo o el icono del autismo y me planteó a Bulit, un toro humanizado, que tiene trastorno del espectro autista», explica esta abogada y psicóloga. A Amaya se le ocurrió dar un paso más: unir al equipo de Mikel con un grupo de niños con autismo para que estos redibujaran al personaje y lo recolorearan.
A Joel Úbeda, un chaval de trece años, le hizo especial ilusión: «Lo que más me ha gustado es ver en movimiento los dibujos que dibujé». Y a Mikel, claro, «le chiflaron los resultados», resume Amaya.
Con el diseño de los personajes ya sobre la mesa, la idea de desarrollar un cortometraje pronto tomó fuerza. Ahora bien, ¿cómo podían enseñar al mundo que las personas con autismo, además de dificultades, tienen también capacidades especiales? Para ello colocaron en Bulit algunos de los trastornos que el autismo produce en las personas. Así, el pequeño se pone muy nervioso y comienza a aletear.
«Es una estereotipia de manos, que se suele producir cuando están muy contentos o muy nerviosos -explica Amaya-. Son momentos en los que tienen mucha actividad cerebral y para rebajarla se producen esos movimientos».
Bulit, además, habla de sí mismo en tercera persona, algo que hacen muchos niños con autismo en un trastorno que se llama ecolalia.
Pero, a la vez, Bulit tiene capacidades especiales: puede hablar con la naturaleza y entender lo que dice. «Simboliza la absoluta hipersensibilidad que tienen las personas con autismo. Eso de que no sienten es completamente al revés.
Sienten tanto que a veces se encierran porque exponerse supone sufrir», dice quien se ha ido a vivir a las afueras de Pamplona, a un adosado, porque su hijo Mario, de trece años, escuchaba el microondas que un vecino ponía a las siete de la mañana, tres pisos más arriba. Precisamente Mario, que tiene autismo severo, ha sido quien ha puesto la voz a Bulit.
«Ha sido dificilísimo -reconoce Amaya- pero ahí está. El otro día le pregunté si quería hablar con un periodista y me dijo: ‘No, mamá, fue excesivo’».
Poco a poco, y gracias a los contactos que Mikel y Amaya han hecho durante estos años, al proyecto fueron sumándose rostros importantes del cine y la televisión.
Eva Hache, Karra Elejalde, El Gran Wyoming, Pablo y Mafalda Carbonell, Raquel Sánchez Silva o Mariló Montero han puesto sus voces a una pieza que cuenta como tema principal con la sintonía de ‘El hombre y la Tierra’, cedida por el compositor Antón García Abril, recientemente fallecido, y versionada por el contrabajista Javier Colina y el trompetista Manuel Blanco.
«Me pareció perfecta para este corto porque pone música a la persona integrada en la naturaleza. Y su protagonista es un niño que se comunica con ella», detalla Mikel al respecto.
Pero llevar el cortometraje a buen puerto no ha sido fácil. «Salió adelante porque a través de la asociación nos presentamos al programa InnovaSocial de Navarra, que es donde normalmente presentamos nuestros proyectos para funcionar durante el año», explica Amaya.
De ese programa obtuvieron 42.000 euros, aunque ahora están a la espera de si la convocatoria de cortometrajes del Ministerio de Cultura y del Gobierno de Navarra, que salieron más tarde, también lo subvencionan.
Producido por La Alegría Muda de Mario Films, una productora que llevan mano a mano entre el periodista Juan Ramón Lucas y la propia Amaya, la intención es mostrar con una mirada optimista la diversidad, la especial sensibilidad y también las dificultades que tienen los niños con ese trastorno.
El sueño sería llegar a los Goya y «conseguir que se hable de que personas con autismo han diseñado y doblado a estos personajes», destaca Amaya.
Además, trabajan junto al distribuidor Ismael Martín para llevar el corto a 300 festivales. Para ello, voluntarios han subtitulado el proyecto en seis idiomas (inglés, francés, alemán, italiano, castellano y euskera) y los propios miembros de la asociación han aprendido a incrustar subtítulos en la pieza.
Fuente: El Correo/ Iker Cortés
Imagen: Un fotograma de ‘Bulit: escucha a la naturaleza’.
Navarra, España.