Una sociedad anhelante
Pienso y Luego Escribo
Iranna Flaviá Luciano
Vivimos en el siglo XXI, el siglo del consumismo o el de la sociedad anhelante.
Anhelos son aquellas situaciones o cosas a las que aspiramos y que no tenemos pero que quisiéramos conseguir.
Pero qué pasa con aquellas cosas que conseguimos? Acaso inmediatamente las tenemos se convierten en un juguete más de la colección.
El mundo en su mayoría es un inconformismo total, nada llena, nada es suficiente, si se tiene una cosa, se quiere la próxima y la próxima.
Pero a qué responde todo esto? Acaso estamos inmersos en un sistema que es el que inconscientemente nos lleva a anhelar más.
Qué bonito es apreciar lo que tenemos hasta que se evapora! Qué bonito es vivir en un mundo sin expectativas en grandes dimensiones y que la vida te demuestre otra cosa!
Existe un tipo de ambición en el ser humano que le es beneficiosa, que lo lleva sanamente a conseguir objetivos en la vida, y realizaciones.
Pero qué pasa cuando el individuo no conoce cuál es el límite? Simplemente pierde el sentido del resto.
Ya todo lo tiene y aspira más cuando reconoce aun que el sentido de la vida no se lo da lo material.
La felicidad en un ser humano está en disfrutar de lo que se tiene en su justa dimensión sin esperar nada más, que todo vaya creciendo, que todo vaya evolucionando.
Los placeres de la vida son otros de los vicios en los que el ser humano sucumbe, de los que nunca está lo suficientemente satisfecho.
La parte espiritual de las personas es el punto a tomar en cuenta, saber qué tan llenos de Dios estamos, qué tan en primer lugar lo estamos poniendo, porque cuando él está nada más tenemos que anhelar.
Pienso y Luego Escribo: Todo el que anhela debería de prestar atención a la canción de José José El más feliz del mundo, pero sobre todo a la frase “Si desde entonces soy el más feliz, el más feliz del mundo en que nací, porque ya sé que la felicidad no está ni en el placer ni en el que tiene más, está solo en aquel que encuentra la verdad un día¨