Una sociedad que demanda justicia
Manuel Díaz Aponte
Está incrementándose el sueño de muchos jóvenes en el país de ejercer como «trabajo soñado» el de influencer, y, parecería, que esa modalidad de los tiempos modernos irá aumentando.
Recientes mediciones del buscador Google apuntan que, en noviembre de 2022, esa ocupación se situó en la posición número siete a nivel mundial con 159,180 búsquedas.
Además de República Dominicana otros residentes en Colombia, Argentina, Paraguay, Venezuela, Ecuador, Costa Rica, Nicaragua y España también comparten este sueño.
El “trabajo soñado” a nivel mundial entre la juventud es ser piloto, con 930,630 personas queriendo dedicarse a esta profesión en países como Canadá, Estados Unidos y Australia.
Obviamente, todavía la mayoría de los jóvenes dominicanos y de otras latitudes del mundo quieren ser doctores, ingenieros, abogados y hasta científicos.
Tal vez, la inquietud predominante ahora es ¿qué se busca con ser influencer?
¿Cuáles aportes podemos brindar a la sociedad por medio de esta práctica?
El trascender social y económicamente son factores que inciden para ello, pero también, las dificultades y trabas que hay que vencer a lo largo de una formación profesional o técnica podrían estar determinando esas transformaciones.
Quien ejerce de influencer tiene un contacto directo con los mass media, es decir, con las estructuras mediáticas que producen y generan opiniones, hasta incluso, moldean el pensamiento.
A su alrededor, lógicamente, se concentra el poder político y las marcas que buscan impactar en un determinado conglomerado o universo social.
Quien pretenda incursionar en esa dinámica actividad debe poseer condiciones excepcionales en el arte del manejo del lenguaje, tanto de la palabra hablada o escrita y simultáneamente, poseer credibilidad.
Asimismo, ser sensible con las problemáticas sociales y con la sed de justicia que demanda la sociedad.
¿Cómo conectarse con la problemática que impacta a la sociedad?, es un reto que deberían asumir quienes pretenden ejercer influencia entre la comunidad nacional e internacional.
El aporte más significativo hacia un determinado conglomerado social es que el Estado garantice su derecho a vivir con dignidad.
A juzgar por mediciones de encuestas recientes financiadas por sectores empresariales dominicanos para conocer la reacción de la ciudadanía ante temas de actualidad, salieron a relucir importantes reflexiones.
¿Pena de Muerte?
Por ejemplo, la población de República Dominicana aspira a vivir en un entorno social con menor delincuencia, y hasta, 64.2% de los entrevistados apoya aplicar la pena de muerte a violadores y delincuentes que infrinjan graves daños a la sociedad.
Asumiendo que el robo de los dineros públicos es un delito con carga social enorme que impacta negativamente la calidad de vida del contribuyente, obvio, que esas acciones, la gente aspiraría que puedan ser tipificadas con penas máximas.
En China, por ejemplo, se aplica la pena de muerte en los casos de corrupción y otras culpas.
El actual Ministerio Público ha sido la excepción en materia investigativa de escandalosos casos de corrupción escenificados en los últimos años en el país, aunque la deuda del aparato judicial sigue pendiente.
Acción de los Jueces
La nebulosa y entramado estructurada para intentar “desacreditar” a esos fardos documentales avalados por exhaustivos procesos investigativos dirigidos por la PEPCA, no han tenido éxitos, pese a tener en principio, el resguardo de algunos medios y comunicadores que siguen defendiendo la “honestidad” de los imputados.
En cambio, el reconocimiento de culpabilidad y la devolución de sumas millonarias por parte del ex director de la OISOE, Francisco Pagán, en el caso Anti Pulpo, es un hecho irrefutable de cómo se ha manejado la Procuraduría General de la República, que dirige la magistrada Miriam Germán Brito, en los campos investigativos de numerosos expedientes en curso.
Todavía hay muchas personas viviendo en el pasado, que no comprenden, ni asimilan los cambios vertiginosos que experimenta la sociedad dominicana. Una realidad social que no tiene vuelta atrás.
Ahora, el enfoque está concentrado en que el estado de derecho juegue su rol verdadero, sin privilegios en el castigo contra la delincuencia, y que no sigamos contemplando un aparato judicial particularmente entre algunos jueces que se ensañan contra los más débiles.
Al final, la verdadera justicia debe ser igual para todos sin distingo racial, económico o social.
Levantar la Moral
Guardando distancia entre la sociedad tecnológica e informatizada actual y la realidad que le tocó vivir a nuestros abuelos, es evidente que el juramento de la palabra empeñada tenía una dimensión y peso muy sólido.
Las antiguas generaciones valoraban el valor de los compromisos y del honor.
Ser escritor mantiene preponderancia entre los jóvenes a escala universal a juzgar por el levantamiento recopilado por Google.
Quizás sea el instrumento más idóneo para que un ciudadano pueda expresar sus ideas, rechazo o sugerencias ante un determinado acontecimiento de tinte local y mundial.
Sin dudas, la escritura es la mejor opción de desahogo humano y nadie osaría poner en entredicho su poderosa penetración e influencia.
En las sociedades democráticas juega un papel preponderante en el equilibrio y convivencia social.
El autor es periodista y profesor de comunicación social.