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Unidad ante la calamidad

Yanira Fondeur
Promoviendo la Paz
Al igual que toda la sociedad dominicana, mantengo una tristeza en mi corazón por tantas pérdidas humanas en el nefasto derrumbe del techo de la discoteca Jet Set.
Cada testimonio de familias que perdieron hasta tres y cuatro miembros desgarra el alma, porque nadie que vaya a ver a un artista que admira para celebrar su cumpleaños, pasar un momento de alegría en familia o con amistades queridas, merecía morir de forma tan horrorosa.
Desde jóvenes a adultos mayores partieron de forma calamitosa, en medio de oscuridad, gritos pidiendo ser salvados, caos y sirenas que generaban desesperación, angustias, insomnios, tristezas, dolor e impotencia en sus familiares.
Ante este duelo colectivo, que nos ha dejado sin paz, el momento de esta Semana Santa debe ser de unión, de empatía y apoyo a través de nuestras oraciones. Nunca habrá palabras suficientes de consuelo ante la partida repentina de hijos, padres, madres, tíos, vecinos, compañeros de trabajo y relacionados, que dejaron tantos huérfanos.
Bendecidos aquellos que lograron salvarse, que pudieron salir a tiempo, que fueron rescatados y hoy permanecen con vida. También aquellos que decidieron no asistir y hoy relatan su experiencia a través de videos, como testimonio de vida.
Es un drama humano que nos ha dejado en estado de shock colectivo por su magnitud. Una pena muy honda subyace en nuestros corazones al ver y escuchar videos en los que familiares desesperados han pasado horas ante de poder cumplir con la difícil tarea de identificar los cuerpos de sus parientes.
Ante la pérdida abrupta de un ser querido, asimilar lo ocurrido es un proceso. Los expertos en la conducta humana indican que será entre dos o tres semanas cuando muchas personas comenzarán a experimentar el estrés post traumático.
El 8 de abril, fecha en la que cumpleaños, permanecerá en el corazón de cada dominicano y dominicana ante esta tragedia, porque somos una nación solidaria y empática.
Y si bien los seres humanos tenemos la capacidad de ser resilientes, ello requiere de un período, paciencia, prudencia, justicia y mucha fortaleza interior, que sólo el tiempo puede proporcionar.
Deseamos que en cada corazón dolido abunde paz y que Dios les colme de toda la fortaleza posible.
Por más unidad y que no enfrentemos nunca más otra calamidad.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia
@Yanira_Fondeur