ADOPEP: la primera asociación de profesionales de Etiqueta y Protocolo del país
Uniendo esfuerzos contra la violencia de género
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Yanira Fondeur
Promoviendo la Paz
Es encomiable el valioso apoyo que está brindando el Voluntariado Banreservas en el remozamiento de las Unidades de Atención Integral a Víctimas de Violencia de Género, intrafamiliar y de Delitos Sexuales del Ministerio Público, como resultado de un convenio suscrito en el año 2022.
La pasada semana fueron inauguradas las unidades de San Pedro de Macorís y la Altagracia, sumando ya once espacios accesibles, dignos, seguros y privados donde las mujeres víctimas de violencia pueden presentar sus denuncias y recibir la protección de las autoridades.
Se estima que en un 80 por ciento de los feminicidios ocurridos en el país, las autoridades no contaban con las denuncias previas de las víctimas, lo que evidencia la urgente necesidad de estas unidades de atención a nivel nacional.
Hasta la fecha, además del Distrito Nacional, se han establecido unidades de atención en Santiago, San Cristóbal, La Romana, Peravia, Monseñor Nouel, Barahona y Puerta Plata.
Cada unidad cuenta con un equipo multidisciplinario de fiscales, psicólogos forenses y médicos, garantizando un servicio oportuno y eficaz a las usuarias.
Este respaldo del Voluntariado Banreservas debe servir de ejemplo a otras instituciones privadas se sumen activamente al cambio cultural que necesitamos como nación para erradicar la violencia.
Dado que esta problemática compleja y multicausal, requiere la voluntad, conciencia y persistencia tanto del gobierno como de toda la sociedad civil para su erradicación.
El Centro de Atención a Sobrevivientes de Violencia como el Centro de Intervención Conductual para Hombres, con 16 y 17 años de labor ejemplar, deberían multiplicarse en todo el país, contando para ello con el respaldo del sector empresarial.
Cuando hay compromiso con una causa social que destruye familias y frena al desarrollo nacional, pues las víctimas asesinadas son en su mayoría mujeres en edades productivas, menores de 35 años, no hay excusas para no actuar. Solo se necesita decisión y respaldo económico.
Esperamos que el sector privado continue dando pasos firmes para fortalecer la atención, protección, sanción y reparación a las víctimas de violencia, quienes viven en un estado de vulnerabilidad y estrés post traumático y merecen todo el apoyo posible.
Reflexionemos sobre qué podemos hacer desde nuestros entornos para contribuir a erradicar esta grave violación a los derechos humanos.
Mujeres, hombres, adolescentes e infantes merecemos vivir en paz.
La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia
@Yanira_Fondeur