Víctor Gómez Bergés asumió desde muy joven altas funciones en el Estado
El abogado, diplomático y escritor falleció a los 83 años. Fue canciller y ministro de Educación. Dejó un legado de 8 libros, entre los que se destaca “Balaguer y yo”.
Ha fallecido el doctor Víctor Gómez Bergés a la edad de 83 años. Profesor, diplomático, político y escritor, de destacó en la etapa post guerra civil como el joven que más responsabilidades públicas asumió.
Después de haber sido ministro de Interior durante la guerra en el gobierno en pugna de Antonio Imbert Barrera con tan solo 25 años, fue invitado a formar parte del equipo del presidente Joaquín Balaguer. En ese orden, fue primero secretario general de la Liga Municipal Dominicana (LMD) a los 26 años, después Ministro de Educación a los 28, canciller de la República a los 32 siendo el más joven, ministro de Industria y Comercio, a los 36 y ministro de Hacienda a los 38.
En 1978 asume como senador por la provincia Puerto Plata y en 1983, embajador ante la Santa Sede, después, en 1991, embajador en Argentina. Termina su paso por el Ejecutivo en 1994 como director de lo que es hoy ProIndustria.
En lo político, armó en 1969 el partido Movimiento Nacional de la Juventud que aglutinó a una amplia gama de profesionales liberales que colaboraban con el gobierno del Presidente Balaguer pero sin adherirse al Partido Reformista. Algunos creían que este era un plan B del gobierno por si el Vicepresidente Francisco Augusto Lora ganaba la candidatura del partido oficial, lo cual al final no fue necesario y Balaguer se presentó como candidato a la reelección en 1970 conjunto por ambos partidos aliados. El MNJ logró aportar 4% de los votos que por la abstención del principal opositor, el PRD, se tradujo en un bloque de 15 diputados y 5 senadores. Ya en 1976, el MNJ se fusionó con el Partido Reformista.
OEA
Canciller muy activo y visible, recibió el apoyo de México y Costa Rica para presentarse como candidato a la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA) rumbo a 1975. Sin embargo, su 1974-75 fue bastante convulso, sobre lo cual en vida escribió bastante. Al final, aunque fue el candidato más votado en todas las rondas competitivas, no lograba mayoría requerida y tuvo que retirarse al ver que su bloque de apoyo disminuiría, quedando el candidato apoyado por Estados Unidos, el argentino Alejandro Orfila como Secretario General.
A partir de 1982 se hace público su distanciamiento político y a cierto modo personal con Joaquín Balaguer y es cuando asume como Embajador en el gobierno de Salvador Jorge Blanco. En ese trayecto de tiempo es que escribe los libros “La causa de dos a derrotas” que describe el caudillismo del ex Presidente como la razón por la que su partido perdió en 1978 y 1982, así como “Solo la verdad” donde comparte su recuento de la candidatura ante la OEA, ya abiertamente expresando que no recibió el apoyo de su gobierno.
Expulsado del reformismo en 1986, volvió a reconciliarse con Balaguer en 1989, reincorporándose al ahora PRSC y asumiendo como Embajador nuevamente. Tras la crisis de 1994, se presentó a las primarias reformistas de 1995 como pre-candidato presidencial, quedando tercer lugar después de Jacinto Peynado y Carlos Morales Troncoso. En 1982 aspiró a ser Vicepresidente de Balaguer, pero fue superado por Fernando Álvarez Bogaert, otro joven sobresaliente de la misma época suya.
Candidato a Senador por la provincia Santo Domingo en 2002 por el PRSC y luego Alianza Rosada en 2006, para esta última se entendía tenía las ganas dado que las encuestas mostraban un importante arraigo. Pero aunque tú a tú, era más fuerte que su rival Cristina Lizardo, la cantidad de diputados fuertes del PLD hicieron toda la diferencia. Es ahí que se retira de la política partidista, dejando su cargo de Delegado del PRSC ante la JCE.
Abogado en ejercicio, fue de los primeros magistrados del Tribunal Constitucional en 2011.
Fue autor de 8 libros, entre ellos el muy vendido “Balaguer y yo”.
Con una vida pública de casi seis décadas, incluyendo responsabilidades en el Ejecutivo central, municipal, legislativo, diplomático y tribunal, su carrera fue brillante. Hombre de familia, tenía una sonrisa con la que solía contagiar a todo el que saludaba con los enérgicos abrazos que eran su marca personal.
Que en paz descanse.
Jatzel Román