«Viniste al mundo a ser feliz, no perfecta»
ViBa La Comunicación
Vilma Batista
La frase cayó como bálsamo que ungió mi mente y corazón, dejándolos expuestos ante una de las verdades básicas del ser antes que hacer.
A nivel personal y profesional predico que las palabras tienen poder en si mismas y lo que significan, más aún en lo que comunican y nos mueve como individuos, familia, comunidad y nación.
En el seno familiar debemos apostar a una comunicación afectiva y efectiva que refuerce el sentido de pertenencia de cada miembro fortaleciendo su autoestima basado en valores compartidos y siempre celebrando esas particularidades que lo hacen único.
Ante casos de violencia que han sacudido nuestro país, autoridades y profesionales de la conducta nos hacen un llamado al rescate de la base familiar para arrancar este mal de raíz.
Si en la familia se sienten apreciados, los niños tienen una actitud diferente ante los éxitos y retos que sortearán en el tiempo, teniendo una inteligencia emocional mayor.
Cuando integramos al intercambio de lo que se dice, el cómo se dice y de qué manera, el tono con que hablamos a nuestros hijos se convierte en su voz interior.
Gracias a mi madre por ser la mía.