Visibilicemos la situación de las mujeres rurales en nuestro país
Desde mi Perspectiva
Alliett Ortega
Esta semana en desde mi perspectiva continuaremos analizando temas relevantes sobre la necesidad de incorporar la transversalidad de género en las políticas públicas, principalmente en visibilizar la situación de la mujer rural, esas mujeres que están ahí, en la sombra, quizás unos de los colectivos más vulnerables y menos reconocido, muchas veces ligadas a la pobreza y a la precariedad laboral pero de vital importancia para el desarrollo global, es por esto que se debe de poner en relieve la aportación económica social y cultural que desarrollan las mujeres en áreas rurales del país y su decisiva contribución a la seguridad alimentaria. Si hablamos en función a datos, dentro del grupo de personas viviendo en pobreza, las mujeres son el segmento más vulnerable, al estimarse en 6.35% la proporción de mujeres que viven en pobreza extrema a nivel nacional, con mayor afectación a nivel rural (9.49%), frente al 5.58% de hombres. Mientras la pobreza moderada afecta al 30.37% de las mujeres a nivel nacional y al 40.41% de las que viven en zona rural.
Una de las razones que se pueden atribuir a esos niveles de desigualdad, y desde mi perspectiva una de las grandes problemáticas de la Mujer Rural ha sido la gobernanza de la tierra , la cual ocupa un lugar importante en el desarrollo, las mujeres rurales en un gran porcentaje son excluidas, la realidad es que múltiples son los conflictos en el campo por el uso y manejo de los recursos naturales y por la falta de políticas públicas que permitan a mujeres del campo poder garantizar el cumplimiento de marcos legales en la que se reconocen los derechos de la tenencia y el trabajo, y es que la situación de la tenencia de la tierra muestra conflictividad tanto para las mujeres como para los hombres en República Dominicana, la inseguridad de la tenencia se produce por diversas razones de carácter histórico, económico y jurídico, entre la que se destacan: la falta de titulación por los altos costos, la ocupación de terrenos sin documentación o sin ningún tipo de referencias registradas de la propiedad catastral, la distribución de tierra bajo reforma sin ningún tipo de saneamiento por parte del Estado, los altos costos en el mercado de tierra, la expropiación de terrenos por parte de los proyectos ambientales y de particulares, la venta informal de los terrenos reformados, entre otros.
Todavía existe un alto grado de desigualdad en la propiedad de la tierra como uno de los principales medios productivos en las zonas rurales que perjudican el estado actual de las mujeres. De acuerdo con el Pre-censo Nacional Agropecuario del 2015, un 83.7% de las personas productoras a nivel nacional son hombres, mientras que el 16.3% son mujeres.
Sin duda la mujer en el mundo rural ha sido a lo largo de su historia, y será una agente de cambio, factores como el arraigo a su lugar de nacimiento y la importancia de mantener a la familia unida hacen que la mujer a diferencia del hombre luche por permanecer en su pueblo, aldea o lugar de nacimiento. No obstante, pese a que desempeñan un rol primordial en la economía de los hogares y representan en gran medida las principales garantes de su subsistencia, las mujeres en las zonas rurales son subvaloradas en las actividades productivas que ejecutan en condiciones de escasez de agua y múltiples anormalidades, en jornadas que duplican sus esfuerzos y, aun así, continúan invisibilizadas.
Los gobiernos, y hacedores de políticas deben de colocar en su justo término la agenda de derechos sociales económicos y políticos de las mujeres y niñas rurales; tomando en cuenta su diversidad, como cuestión democrática y de desarrollo sostenible de nuestras sociedades; y es que las Mujeres Rurales necesitan el desarrollo de iniciativas en los siguientes aspectos:
- Aumentar su participación.
- La necesidad de insertar a la mujer a la producción, crear fuentes de empleos.
- Identificar mecanismos que fomenten la capacitación y la oportunidad de estudios de la mujer, siendo un elemento importante para mejorar la situación que ésta sufre en el campo.
- Organizar grupos de mujeres para capacitarlas en: ley 24-97 de violencia intrafamiliar, salud, huertos familiares, la producción agrícola y pecuaria, entre otros.
- El reconocimiento y visibilización de las mujeres como sujetos produce efectos a su vez en lo que se denomina “empoderamiento”, es decir, su capacidad de acción como sujeto colectivo.
A las mujeres rurales en su gran mayoría las han obligado a estar sumisas a las decisiones que otros toman por ellas, sin embargo, el empeño que ponen en sacar en adelante a sus familias ha demostrado que son capaces de contribuir al desarrollo no solo de sus familias, sino también de nuestros país, tal es el ejemplo de Florinda Soriano Muñoz (Mamá Tingo): ejemplo de la mujer rural que luchó por el derecho de los campesinos a tener y labrar tierra.; otra gran mujer es Aniana Ondina Vargas Jaques: fue una mujer extraordinaria que siempre combinó las luchas políticas con su defensa al medio ambiente y los recursos naturales. Oriunda de Bonao, admirada por todos debido a su amor por la naturaleza y la pasión con que defendió sus ideales. En el 2009 la reserva natural ecoturística de Bonao-Cotuí fue decretada por el Ministerio de Medio Ambiente como parque nacional el cual lleva su nombre(Parque Nacional Aniana Vargas) por ser la Centinela de las agua; así como ellas podemos identificar cientos de mujeres rurales que han aportado en mejorar nuestro país, lamentablemente el sistema actual no las favorece, ni reconoce hasta que muchas veces es tarde su lucha, debemos de cambiar el sistema a un sistema más igualitario, debemos trabajar con y por las mujeres rurales de forma que puedan prosperar y acceder al apoyo y la información que necesitan, de manera que puedan desarrollar su potencial sin tener que abandonar sus comunidades. Hasta una próxima entrega.