Cuida tu peso aprendiendo a diferenciar entre hambre y ansiedad
Aileen Khoury
Fitness con Aileen
Es vital aprender a identificar cuándo realmente tenemos hambre porque nuestro cuerpo necesita comer, y cuándo es una cuestión de ansiedad , ya que, en definitiva, tenemos que aprender a controlarla si no queremos sumar calorías innecesarias a nuestra ingesta diaria, que luego podría traducirse en aumento de peso.
ANSIEDAD:
Cuando sientes apetito fuera de lo común:¿Cuántas veces te has encontrado en la cama sin poder dormir y solo piensas en comer? ¿Cuántas veces estás aburrido en casa y lo único que hacer es comer una cosa tras otra sin poner freno? Efectivamente, eso es ansiedad.
Algunos especialistas le llaman : Hambre emocional, de manera que cuando sufrimos un ataque de ansiedad, nuestro cuerpo reacciona generando sensación de hambre y comiendo nos encontramos mejor, llenamos un vacío, aunque solo sea momentáneamente porque, en realidad, nos estamos engañando. Además, siendo francos, lo normal no es que nos apetezca comer brócoli, lo normal es que sean productos procesados, ultraprocesados, con mucho azúcar… la opción menos saludable de todas, lo que se debe, básicamente , a que los niveles de glucosa en nuestro cuerpo disminuyen junto con la alteración de esas emociones, y necesitamos glucosa para recuperar su equilibrio, lo que se traduce, ante todo, en necesidad por ingerir dulces y carbohidratos.
El consumo de esos alimentos procesados a su vez te genera más deseos de comer y continúa disparando tu ansiedad.
3 diferencias entre hambre y ansiedad
- La ansiedad aparece de repente, de manera impulsiva y con fijación por algún alimento en especial, generalmente de alto contenido calórico.
- El hambre se genera cuando nuestro cuerpo entrega señales que nos alertan que necesitamos ingerir alimentos, como la sensación de fatiga, estómago vacío, ruidos estomacales o dolor de cabeza.
- Para saciar el hambre no es necesario ingerir alimentos altamente calóricos, a diferencia de la ansiedad, una comida rica en cereales, verduras y proteínas será suficiente para acabar con el ayuno.
¿Cómo controlar la ansiedad?
- Hidrátate: La deshidratación se suele confundir con ansiedad, por esto es recomendable consumir más agua. Mantenernos hidratados es una manera también de controlar el hambre. Y es que un truco para identificar si realmente tienes hambre es tan sencillo como beber agua. Y es que hay veces que cuando el cuerpo se siente deshidratado provoca sensación de hambre, por lo que si bebes un vaso de agua y al rato sientes hambre, sí, lo es, pero si pasa lo contrario, simplemente era sed. Imaginaos si en ese momento en el que solo necesitábamos agua comemos unas galletas, hubiese sido una malísima solución y, además seguiríamos teniendo sed.
- Evita las bebidas cola, café o té verde, ya que aumentan la ansiedad por su contenido de cafeína y teína.
- Come lento, al comer más despacio somos conscientes del acto de alimentarnos.
- No saltes comidas, es importante que respetemos las comidas del día como el desayuno, almuerzo y cena, además, podemos agregar colaciones para mantener un ritmo de ingesta de alimentos cada 3 horas. Es muy importante, de hecho es recomendable hacer hasta 5 y 6 comidas al día con un máximo de tiempo entre ingestas de 3 horas, lo que ayudará a que nuestro cuerpo a esté activo y, por lo tanto, a no sentir ese hambre más atroz en la próxima comida que nos hará atiborrarnos y aumentando nuestro nivel de ansiedad también.
- Elige bien los alimentos. Pues esto es clave ya que no es lo mismo un alimento que otro, por lo que siempre es mejor elegir esos que son más saciantes que indiquen a nuestro cuerpo que no tiene hambre. Además, también podemos apostar por alimentos que directamente ayudan a controlar la ansiedad y que van desde los arándanos, a los espárragos verdes, espinacas o aguacates, entre otros. Una buenísima opción para no comer esas cosas que son menos recomendables es no comprarlas, si no las tienes a mano, no podrás comerlas.
- Haz más ejercicio. Sí, el ejercicio nos ayuda a calmar nuestras emociones, a segregar la hormona de la felicidad, a sentirnos mejor con nosotros mismos y, en general, a ser más conscientes de lo que es más saludable para nosotros. Por ello, lo mejor es elegir alguna actividad que nos guste, que nos motive y que nos divierta ya que, además de ayudar a calmarnos, nos mantendrá ocupados además de notar mejoras en nuestro cuerpo.
- Tómate las cosas con calma. Es fundamental vivir un poco más relajados y saber controlarnos. Comer tranquilamente y sin prisas es una cuestión básica para controlar el hambre. También descansar en condiciones, dormir 7 u 8 horas al día es muy importante. Además, es importante relajarse, no ser muy estricto con uno mismo, concedernos algún capricho de vez en cuando que nos hará ganar en felicidad y a controlar mejor nuestro estado emocional.
- Intenta los ejercicios de respiración. O simplemente ejercicios para conocerte más a ti mismo, identificar qué te causa ese malestar que te lleva a comer compulsivamente e intentar controlarlo. En su caso, pedir ayuda a un especialista, por supuesto.
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