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Exaltado al Salón de la Fama de los Bravos: Carty fenómeno del Béisbol que sigue escribiendo historia
Manuel Díaz Aponte
A sus 83 años Rico Carty sigue sumando hazañas a su prolífica vida deportiva, y es recordado, como uno de los mejores bateadores del béisbol de las Grandes Ligas.
Su historia y trayectoria marcan profundamente a San Pedro de Macorís, provincia que lo vio nacer y que lo sigue disfrutando aún después de salir del terreno de juego. Los Bravos de Atlanta, organización de las Grandes Ligas lo acaban de exaltar al Salón de la Fama, distinción que enorgullece al pueblo dominicano.
Ricardo Adolfo Jacobo Carty, conocido como Rico Carty fue exaltado el sábado pasado al Salón de la Fama de Atlanta Braves, consagrándose como una de las grandes leyendas mundiales de la pelota moderna.
Saltó a la inmortalidad tras alcanzar su mejor temporada en 1970 cuando bateó 25 jonrones con 101 carreras impulsadas, y ganó el Campeonato de Bateo de la Liga Nacional con un promedio de bateo de 366, el promedio más alto en las Grandes Ligas desde Ted Williams que registró un promedio de bateo en 388 en 1957.
Ese astronómico porcentaje de bateo alcanzado por Carty adquiere mayor dimensión en una época en que el pitcheo de inmortales como Juan Marichal, Bob Gibson y Sandy Koufax dominaban el diamante de las ligas mayores.
Carty nació en el ingenio Consuelo, municipio de San Pedro de Macorís, el 1 de septiembre de 1939.
Tras ser exaltado al Salón de la Fama del equipo de los Bravos, Carty dijo: “Esto es lo más grande que le ha pasado a uno, exaltado al Salón de la Fama, y más en el pueblo que uno jugó”, manifestó el ex jardinero de los Atlanta Braves.
Lleno de emoción, el carismático ex jugador indicó que ahora solo le falta ser exaltado en las Grandes Ligas. “Gracias a Dios que llegó el momento de ser exaltado al Salón de la Fama, ahora me faltan las Grandes Ligas”, puntualizó.
El brillante bateador derecho es el primer jugador dominicano en ser exaltado al salón de la fama de los Bravos de Atlanta, nicho donde están otras 38 antiguas leyendas como Hank Aaron, Greg Maddux, Chipper Jones y Andruw Jones entre otros.
Salón de la Fama de Grandes Ligas
Expertos del béisbol coinciden en que ya era tiempo de reconocer los extraordinarios aportes del legendario toletero derecho quien sigue viviendo en San Pedro de Macorís en condiciones modestas.
Una de sus grandes virtudes es que el Rico sigue saludando a la gente en las calles con el mismo cariño que cuando lo hacía en su tiempo de gloria.
Se moviliza en una vieja yipeta que recibió como regalo hace varios años y a pesar de sus limitaciones para caminar producto de las lesiones cuando accionaba en la pelota, nunca ha dejado de proyectar en su rostro su eterna sonrisa.
Carty sintió emoción al recibir el reconocimiento por parte de los Bravos de Atlanta franquicia en la que militó por 8 temporadas y bateó 317, con 109 jonrones, 451 carreras impulsadas, 385 anotadas, 871 hits, 137 dobles y 14 triples en 829 partidos.
Tras ser traspasado a los Texas Rangers en 1972, Carty jugó para los Cubs de Chicago, Atléticos de Oakland, Indios de Cleveland, Cafeteros de Córdoba y los Azulejos de Toronto, retirándose en 1978.
Si Carty hubiera surgido en esta época sería uno de los peloteros mejor pagados del negocio.
Sin dudas es el pelotero más carismático y poderoso que ha parido la Sultana del Este y junto a José Vidal Nicolás y al Mulo Jiménez llegaron a conformar una trilogía en los jardines del conjunto de las Estrellas Orientales hacia la década del 60-70.
Siendo un estelar de las grandes ligas el Rico Carty siempre fue generoso con sus seguidores y en la explanada del Estadio Tetelo Vargas les repartía dinero. También, en el parque Juan Pablo Duarte de Macorís del Mar distribuía gorras, camisetas y zapatos.
Finalizó su gloriosa carrera en las Grandes Ligas con promedio de 299, 204 jonrones y 890 carreras empujadas.
De buen vestir
Carty además de su excelente bateo tenía fama por ser un hombre de buen vestir y era admirado por las mujeres.
Actualmente, la leyenda del jardín izquierdo sobrevive de una pensión otorgada por sus 15 años en la gran carpa. Pero él, admite, que es poco dinero en comparación a su trayectoria.
A ese respecto, observó que, “la gente piensa que nosotros -los peloteros retirados- recibimos una gran pensión desde las Grandes Ligas, pero eso no es así”.
Enumeró a seguidas que: “Lo que nos dan podría ser mucho para mucha gente normal, pero no se ajusta con el gran nivel de crecimiento de las ganancias de las Grandes Ligas”, dijo.
Según Ricardo Carty las ganancias en las Grandes Ligas “suben y suben”, los contratos de televisión son multimillonarios, lo mismo que los de los peloteros, ya que pasan de los 300 millones de dólares.
Entre la gloria y las dolencias
Probablemente el momento más difícil de la ejemplar vida deportiva de Carty fue cuando contrajo la tuberculosis en 1969, y cuando impactó dramáticamente contra Mateo Rojas Alou, hace 50 años, en la temporada 1970-71. Carty y el hoy fallecido Rojas Alou, chocaron cuando buscaban un fly que conectó Teodoro Martínez, en un partido Tigres del Licey y Leones del Escogido, en el Estadio Quisqueya, hoy Estadio Quisqueya-Juan Marichal.
El periodista deportivo Héctor Gómez considera a Carty como uno de los bateadores derecho de más poder en la historia moderna de la pelota.
Otras de las virtudes de Ricardo Carty ha sido su coherente defensa de sus compañeros por conquistas laborales tanto en las Grandes Ligas como en el Béisbol Profesional de República Dominicana.
Artículo de Manuel Díaz Aponte