Nuevo estudio muestra cómo las emociones han determinado la forma del rostro humano
La investigación coloca la gesticulación facial entre los factores más importantes de la evolución.
La necesidad de expresar emociones, junto con los factores mecánicos, han determinado la evolución del rostro humano, indica un estudio publicado el pasado lunes en la revista Nature Ecology and Evolution.
La comunicación no verbal
Al examinar los cráneos de homínidos de un período de 4,4 millones de años, un grupo internacional de antropólogos reveló que uno de los motores de la evolución del rostro fue el mejoramiento de la gesticulación facial, uno de los principales medios de la comunicación no verbal.
Este proceso, subestimado por estudios previos, permitía crear un círculo social más grande, según los científicos.
«Ahora podemos utilizar nuestros rostros para señalar más de 20 categorías diferentes de emociones», cita EurekAlert! a uno de los autores del estudio, Paul O’Higgins, de la Universidad de York: «Es poco probable que nuestros primeros antepasados tuvieran la misma destreza facial, dado que la forma general de la cara y las posiciones de los músculos eran diferentes».
El clima y la dieta
El rostro humano, mucho más suave y capaz de una variedad más grande de movimientos que los antepasados lejanos, también ha evolucionado por factores mecánicos.
Así, otro integrante del equipo, Rodrigo Lacruz, dijo a NYU News, que el tamaño de la cavidad nasal, que puede mover la parte mediana de la cara adelante o atrás, depende del clima. Si la temperatura media global aumenta en unos 4 ºC, habrá que anticipar los cambios fisiológicos correspondientes, asegura el científico.
Además, con la ‘domesticación’ del fuego y el procesamiento de los alimentos disminuyeron los músculos para masticar. Este proceso se ha acelerado con la transición a la agricultura y el crecimiento de las ciudades.
«Las dietas modernas más blandas y las sociedades industrializadas pueden significar que el rostro humano siga disminuyendo de tamaño […] Es probable que la evolución del rostro humano continúe mientras nuestra especie sobreviva, migre y encuentre nuevas condiciones ambientales, sociales y culturales», opina O’Higgins.
Fuente: actualidadrt