Preparándonos para la Semana Santa
Rincón Digital
Leonor Asilis
Estamos en el umbral de la Semana Santa. La semana por excelencia, la que celebra la Iglesia el misterio santo de nuestra Salvación.
Sin embargo, el mundo la anuncia según la cultura pagana que pretende arroparnos.
Se anuncia por doquier ofertas de todo tipo, viajes, trajes de baño para la playa, bebidas a buenos precios y para que seguir.
Se me agotaría el espacio que dispongo para recordarles y a mi también de primera, que es lo que vamos a celebrar y de qué forma escogeremos. La pagana o la espiritual.
Vale la pena cuestionarnos, hasta qué punto en nuestro interior reflexionamos, y vivimos el significado profundo de lo que nuestro Señor y Salvador Jesucristo padeció por nosotros para nuestras conversiones y cambio de vida.
Gracias a Dios por suscitar el «Yo me quedo» en la Parroquia San José de Calasanz y que se sigue expandiendo en tantas parroquias de nuestra Arquidiócesis de Santo Domingo y en otras más, no solo de nuestro país, sino más allá de nuestras fronteras.
Y es que en ese tiempo bendito se realizan retiros, actos penitenciales para purificar nuestras almas de nuestros pecados y tantas vanidades que nos alejan del Señor.
Estas líneas pretenden ser una invitación a conocer las maravillas de nuestro Señor Jesucristo, como dijo Felipe a Natanael: Ven y lo verás.
Esta es nuestra cita, nadie está excluido, todos estamos invitados: Se trata de que en esta Semana Santa, en el año que la Iglesia celebra el año de la Palabra nos aprovechemos delas abundantes gracias que El derrama y no nos dejemos llevar por las corrientes frívolas, vacías y pasajeras que el mundo nos presenta, queriendo privarnos de la felicidad verdadera y siempre eterna.
Como bien decía San Agustín: «Qué prefieres, amar las cosas temporales y pasar con el tiempo, a no amar al mundo y vivir eternamente con Dios”?. Para este gran proyecto de vida eterna, no estamos solos.
Tenemos la gran ventaja de que Jesús es nuestro guía ya que El es el camino, la verdad y la vida. Con El y en El, como dice el sacerdote en la Sagrada Eucaristía nos ofrece al Padre para darle todo honor y toda gloria.
En Jesús sabemos cómo vivir en el amor, perdonar y ser perdonados con el auxilio maravilloso de su gracia.
La Iglesia nos exhorta en este tiempo a hacer más penitencia con oración, ayuno y limosna para purificar nuestras almas y ser más agradables a Dios y acercarnos al sacramento eucarístico ya sea recibiéndolo en la comunión y o visitándolo en el Santísimo. Digo con el Padre Pío estas palabras, cito: “Dios nos ama, y mucho. Corresponder a su amor es nuestro compromiso”.