La Bienal Internacional de Arquitectura y Urbanismo de República Dominicana premia la
Promoviendo la paz
Un modelo exitoso para prevenir violencia en escuelas
Yanira Fondeur
Ha causado indignación en la sociedad la violencia generada en diferentes centros educativos públicos del país en los últimos meses, un grave problema conductual que siempre ha existido y que ahora se visibiliza más por el impacto de las redes sociales.
Los especialistas consideran que la violencia es una conducta aprendida desde el hogar y reforzada socialmente, por lo que si desde el seno familiar los conflictos se dirimen bajo malos tratos, es casi seguro que estos comportamientos y actitudes serán normalizados por los hijos e hijas, reflejándose también en las aulas en los centros públicos y privados, debido a que está presente en todos los estratos, sin importar edad, raza, religión o cultura.
La solución de aumentar los agentes de la Policía Escolar no es lo determinante, constituye sólo una medida de represión de la actual situación y no una solución profunda a la misma, por lo que somos de opinión que urge capacitar sistemáticamente y en forma integral a todos los actores del sistema escolar en prevención.
Hay que educar en el fomento de los valores fundamentales como son el respeto, la solidaridad, la tolerancia, empatía así como en igualdad de derechos, manejo de conflictos y disciplina positiva, entre otros temas.
Entendemos que al estudiantado además de preparárseles académicamente necesitan una enseñanza en lo social, educarlos para la paz y no la violencia, a que se relacionen en forma pacífica, enfatizándoles que violencia genera más violencia.
Consideramos que es poderoso el papel de los centros educativos en la prevención de los malos tratos, instruyendo que ante las situaciones adversas que provocan la ira es preciso el manejo del autocontrol, y de actuar con inteligencia emocional al enfrentar una provocación o irrespeto.
Desde la Fundación Vida Sin Violencia, como parte de la sociedad civil, contribuimos a prevenir la violencia y hemos tenido gratas experiencias trabajando con docentes, estudiantes, padres y madres en diferentes centros educativos del Distrito Nacional, entre los que resaltamos las del Liceo José Francisco Peña Gómez del sector los Girasoles y del Politécnico Belisario Peguero en el centro de la ciudad.
Mediante el proyecto Promoviendo la Paz en mi escuela buscamos desaprender conductas violentas y acciones positivas que contribuyan a fomentar la convivencia pacífica. Hacemos énfasis en la necesidad de aprender a escuchar, de conocer el poder que tienen las palabras que pronunciamos, porque así como pueden brindar alegría y estímulo, también son capaces de destruir el autoestima de los demás.
En los talleres de capacitación, la primera formación se la brindamos a los docentes por ser los líderes de las aulas, los ejemplos a seguir, ya que resulta inaceptable que un maestro normalice una discusión verbal o física entres sus alumnos (as) y menos aún que sea quien menosprecie y humille denostando a uno de sus discípulos, con ofensa y generando un caos en el centro.
El deber de ellos es restablecer el orden propiciando un clima afectivo y asertivo en la que se instruya en forma estimulante a reaccionar en forma racional y con la paciencia adecuada ante situaciones de extremo estrés.
Al estudiantado los capacitamos para que aprendan a distinguir el conflicto y la violencia, siendo el primero parte de la vida diaria y que resuelto en forma pacífica contribuye a fortalecer las relaciones, en cambio la violencia busca el dominio y control, se efectúa en forma constante y ascendente, destruyendo los vínculos afectivos.
Resaltamos a los estudiantes que son únicos y especiales, que tienden a expresarse y a ser respetados como sus maestros y otros compañeros, pero que también tienen la responsabilidad de sus acciones y de respetar el derecho de los demás a gozar de una vida libre de violencia.
Articular la participación de las familias mediante las asociaciones de padres y madres brinda un enfoque integral y determinante en esta problemática, porque es en el hogar donde se aprenden los valores y acciones para el desarrollo de la vida.
Promover la cultura de la paz implica incluir en el currículo escolar materias de igualdad de género y manejo de conflictos desde nivel inicial, lo cual generaría las prácticas de convivencia pacífica y el buen trato necesario para el bienestar y desarrollo de la sociedad.
La autora es presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia